beatriz sotillo
BILBAO. Familias sin ingresos, parados que han agotado las prestaciones, solicitantes de ayudas para el alquiler, perceptores de pensiones mínimas... Todas estas circunstancias y algunas más se agolpan en las oficinas de Lanbide a la espera de gestionar y resolver los trámites para acceder a la Renta de Garantía de Ingresos (RGI), la Complementaria y otras ayudas sociales. A un aumento de las solicitudes -directamente relacionado con la situación económica y el incremento del desempleo- se unen la falta de operatividad de las oficinas de Lanbide encargadas de tramitar las peticiones, fallos en el sistema informático, escasez de personal y el establecimiento de un sistema de atención con cita previa que está dilatando los expedientes y lleva a muchos ciudadanos a una situación cercana a la desesperación.
Varias asociaciones vascas de defensa de los derechos sociales han denunciado que Lanbide dilata la tramitación de las solicitudes de ayudas imponiendo a los demandantes de la Renta de Garantía de Ingresos y otras prestaciones la atención con cita previa. Esta forma de actuar, que según las asociaciones no es reglamentaria, está causando retrasos en los expedientes y meses de espera para poder percibir unas ayudas que para muchas familias son urgentes.
La semana pasada, la consejera de Empleo y responsable última de Lanbide, Gemma Zabaleta, justificó la "desorganización" del servicio y los retrasos en la atención a las personas que acuden a sus oficinas para tramitar la RGI en el hecho de que "alguna diputación" no está trasladando los expedientes. Sin embargo, tanto los trabajadores como los usuarios de Lanbide describen un panorama y un funcionamiento de las oficinas del Servicio de Empleo completamente distinto al que vende la consejera. Así, después de que Zabaleta anunciara que la centralización en Lanbide de la gestión de la RGI agilizaría los trámites y acortaría los plazos hasta un máximo de dos meses, los solicitantes de prestaciones se encuentran con que necesitan al menos ese tiempo para poder presentar sus documentos y mucho más tiempo para completar el expediente y alcanzar una resolución.
Así, los colectivos sociales se han visto en la obligación de informar a los ciudadanos de que, aunque los trabajadores de las oficinas de Lanbide digan lo contrario, tienen derecho a entregar sus solicitudes de ayuda en cualquier momento, sin necesidad de la cita previa que exige el Servicio de Empleo. En ese sentido, desde la plataforma Berri-Otxoak se explica que en las oficinas de Lanbide dicen a cualquiera que se acerque a tramitar la RGI u otras ayudas que no serán atendidos sin cita previa "y cuando la solicitan se la dan para dos meses más tarde". Esa primera cita sirve para entregar la solicitud de la prestación, "entonces requieren una serie de documentos y dan otra cita para un mes más tarde, con lo que el proceso se alarga en el tiempo y la ayuda, si es que la conceden, tarda mucho".
Se reitera que en las oficinas de Lanbide tiene que haber un registro que recoja las solicitudes en el momento en que se presentan y que cada día que se retrasa el proceso es un día más sin cobrar la ayuda. Los colectivos sociales también están informando de que las solicitudes se pueden presentar aunque falte alguno de los documentos exigidos y que hay un plazo de 10 días para completarlas.