Javier Maroto aparcó ayer durante cerca de dos horas su agenda más oficial para encontrarse con un nutrido grupo de alumnos de Diocesanas-Nieves Cano, jóvenes estudiantes de grado superior cargados de inquietudes, preocupaciones y, sobre todo, múltiples dudas sobre su futuro y el de la ciudad. El primer edil vitoriano, en esta suerte de cita múltiple con el alcalde, invitó a los chavales a formular preguntas "críticas" e incluso a ser "duros" con él durante su visita al centro, un doble guante que éstos no dudaron en recoger.
Tras el apretón de manos de rigor, Maroto tomó asiento frente a los alumnos como si de un profesor se tratase y comenzó a enfrentarse a cuestiones muy variopintas pero que tuvieron en la grave situación económica actual un recurrente nexo común. Tampoco faltaron en el encuentro reflexiones sobre proyectos estratégicos para la ciudad como la estación de autobuses o el soterramiento, el futuro de los hospitales, la situación de la inmigración o el fracking. Lo que comenzó siendo una entrevista a varias bandas derivó en un intenso y animado debate.
Muy poco tardaron en salir a la palestra las dificultades de los jóvenes para acceder al mercado laboral. Laura fue la encargada de cuestionar a Maroto sobre qué proyectos laborales ha impulsado desde que accedió a la Alcaldía, a lo que el primer edil respondió que el empleo, "haya o no haya crisis", es para él "una prioridad". El alcalde rescató la creación del nuevo parque empresarial de Betoño como un plan de futuro -y realista- para Vitoria a pesar de la falta de apoyos con los que se ha encontrado hasta el momento entre la oposición y poco después se vio en la tesitura de tener que justificar los últimos recortes planteados desde el Gobierno central en Educación. "Si somos el futuro, ¿por qué hay tantos recortes? ¿Qué pretenden con estos ajustes, que seamos analfabetas?", cuestionó de nuevo Laura, sin pelos en la lengua. "No te quiero convencer porque es difícil de explicar, pero son ajustes necesarios. Y lo que se ha hecho no afecta a cuestiones estratégicas", justificó el alcalde.
Otra alumna, posteriormente, cuestionó a Maroto si no existen otros ámbitos en los que recortar que no sean tanto el educativo como la Sanidad, por ejemplo la Iglesia, a lo que el alcalde volvió a responder con la necesidad de tomar "medidas difíciles". Defendió también Maroto la aplicación de la controvertida amnistía fiscal, que a su juicio permitirá "salvar muchos empleos" en pequeñas empresas. Blanca, alumna del centro pero que trabaja en el Hospital Santiago, pidió posteriormente respuestas sobre otro proyecto de calado para Vitoria como la fusión de los dos hospitales. Maroto, en este punto, insistió en que mientras sea alcalde "no habrá recalificación" de terrenos en el entorno de Santiago, como en su día sugirió Patxi Lazcoz para construir viviendas y un centro cívico, y avaló la inversión de 80 millones de euros en la ciudad "para nuevas estructuras sanitarias". Con todo, el alcalde se mostró también partidario de repensar el proyecto impulsado por el PSE en el Gobierno Vasco, sobre todo en lo que atañe a Santiago. "No tiene sentido que sólo haya unas Urgencias en la ciudad", aseguró Maroto, antes de recordar que las obras en el centro de la calle Olaguíbel todavía no están próximas y aún hay tiempo para "tomar esa decisión". Aunque partidario de que el centro se especialice en la atención a enfermos crónicos como está previsto, Maroto abrió la puerta a que Santiago tenga también otros usos sanitarios. "Esa decisión no se tomará hasta dentro de siete u ocho años", recordó. Cuestionado sobre el número de camas en la ciudad y la no previsión de incrementarlas en este plan, el alcalde justificó que la Sanidad está cada vez "más orientada a los domicilios".
Llegó después el turno del BAI Center y la estación de autobuses de la mano de Mikel, confuso por el cambio de planes que dio al traste con el auditorio y precipitó el cambio de ubicación de la terminal a Euskaltzaindia. Maroto recordó que de seguir con la obra del BAIC debería haber subido los impuestos municipales "un 60%", defendió el "buen" proyecto de estación de buses en el socavón dejado por el primer proyecto y puso en valor la reforma del Palacio Europa para acoger grandes congresos en un futuro próximo.
En respuesta a otro Mikel, que portaba una camiseta contra el fracking y no dudó en denunciar ante el alcalde que "la política es un fraude", Maroto insistió en que en Vitoria "no habrá fractura hidráulica "sin el visto bueno de los técnicos". Además, el alcalde justificó las medidas que ha tomado para atajar el fraude social y recordó que no todos los inmigrantes pueden votar en la ciudad por una normativa de carácter europeo.
Culminado el debate, Maroto felicitó a los alumnos y reconoció que "ninguna" de sus preguntas fue fácil. El alcalde, posteriormente, reiteró sus alabanzas hacia los jóvenes de Nieves Cano a través de la red social Twitter: "Muy buen nivel y muy buena experiencia".