Vitoria. En diciembre de 2009, José Luis Alvarez Enparantza, Txillardegi, reputado filólogo y miembro de Euskaltzaindia fallecido hace apenas un par de meses, remitió varias cartas a su colega Juan Martin Elexpuru en las que afirmaba que las ostracas con inscripciones en euskera halladas en el yacimiento de Iruña-Veleia son auténticas, en contra de la opinión de los más reputados especialistas de la UPV, Joaquín Gorrotxategi y Joseba Lakarra. Txillardegi, ya muy enfermo, aseguraba en sus cartas haber comprado el libro en el que Elexpuru, doctor en Filología Vasca, defendía la autenticidad de los grafitos y "después de ver todo eso" aseveraba: "No tengo duda, esos grafitos son verdaderos, y el euskera que se percibe ahí es un dialecto arcaico".
Sobre los trozos de vasijas con inscripciones de Iruña-Veleia, en general, y sobre los escritas en euskera, en particular, han corrido auténticos ríos de tinta. Desde 2006 existe una viva pugna en la que las tesis asumidas por el entorno académico universitario, apoyadas además en otros indicios relativos a las ostracas en un latín presuntamente vulgar, al calvario sorprendentemente prematuro, a los jeroglíficos egipcios o a ciertas palabras problemáticas apuestan por la falsedad de los grafitos.
El posicionamiento de Txillardegi, que dada su enfermedad no quiso entrar en la polémica en vida, aporta un nombre de mucho peso en la cultura euskaldun a una hipótesis, la de la autenticidad, que además de Elexpuru defienden investigadores como el francés Héctor Iglesias, a quien Alvarez Enparantza también cita en sus misivas, escritas a mano "en su habituales cartulinas con membrete", como explica el propio Juan Martin Elexpuru.
Txillardegi se basa para defender la autenticidad de las ostracas en una frase aparecida en una de ellas. Yaveh zutan izana, que se traduciría como Dios que estás en los cielos.
En el euskera que se utiliza hoy en día el tuteo (hika) es prácticamente inexistente, una fórmula reservada a ámbitos muy familiares, por ejemplo, para dirigirse a los niños pequeños. La forma generalizada es el equivalente al usted, o más exactamente al vos argentino (zu), una estructura plural utilizada sin embargo para hablar con una única persona y que en origen expresa respeto.
En el Yaveh zutan izana que analizó Elexpuru y revisó Txillardegi, el escriba, hace quince siglos o quince años, tuteaba a Dios, según estos dos filólogos. A los investigadores que rechazan la autenticidad de la ostracas les chocaba, o más bien les parecía imposible, que en el padrenuestro de Iruña se le hablara de usted al Creador (Geure ata seruetan serana, -Padre nuestro que está en los cielos-), cuando todavía Leizarraga le tuteaba ya en el siglo XVI.
Txillardegi, en la carta que envió a Elexpuru el día de Santo Tomás, 21 de diciembre, de 2009, alaba el "excelente" libro de Elexpuru, se confiesa enfermo y se explica. Lo que en Veleia es Yaveh zutan izana sería en euskera batua Yaveh zeruetan haizena -Dios que estás en los cielos-. El lingüista recuerda que Leizarraga usaba el hika sin h, que daría un Yaveh zutan aizena. "Por consiguiente -afirma Txillardegi-, Yaveh zutan izana es clarísimo hika, en el siglo III es normal hablar a Dios en hika y Leizarraga escribió bien".
En cuanto a un zutan que identifica como zeruetan (en los cielos), Txillardegi afirma que no le resulta "demasiado sorprendente" en un euskera arcaico.
La desaparición de la 'h' Un día más tarde, 22 de diciembre, el filólogo envía una nueva misiva a Elexpuru en la que justifica la ausencia de la h que debería aparecer en izana, y de la que Leizarraga también prescindía. Txillardegi cita dos tomos del experto suletino Larrasquet, quien en 1939 explicaba que la h, si toca ponerla al principio de la palabra, desaparece, "a causa del acento, seguro". "Hizana, por lo tanto, es izana en el zuberotarra actual y por consiguiente el izana de Iruña-Veleia, en una palabra, es normal".
El día 29 de diciembre del año 2009 Txillardegi envía una nueva cartulina a Elexpuru en la que confiesa no sentirse con fuerza para entrar en batallas académicas y explica que prefiere quedarse al margen. "Yo te daré mis opiniones, y si te parece bien, las usas", señalaba el filólogo en esta última carta en la que asegura, entre exclamaciones, que "el falsificador de Veleia sabía mucho", que los textos hallados corresponden a un euskera arcaico, y que "el tiempo dirá".
Las cartas de Txillardegi suman un nuevo argumento a la pugna por las ostracas de Iruña Veleia, pero el del euskera es solo uno de los frentes abiertos en una batalla que ahora se ha desplazado a los tribunales. Después de que la Ertzaintza y la Guardia Civil se declararan incompetentes para datar las inscripciones, le corresponde a la Justicia decidir si envía las ostracas a laboratorios capaces, en principio, de delimitar con exactitud la fecha en la que todas esas frases fueron escritas en unos pedazos de vasijas y otros utensilios que sí son de época romana sin lugar a dudas.