CONSIDERADO, a estas alturas de la película, un cobarde y la persona más odiada en Italia y parte del resto del mundo, tanto medios como redes sociales lo convirtieron en blanco de desprecio y burla, en especial después de que se diera a conocer una llamada telefónica entre el capitán del Costa Concordia y un oficial del puerto que revelara que Franceso Schettino, que había abandonado la embarcación tras el choque, no se mostraba muy dispuesto a regresar al barco a socorrer a los pasajeros. Existen fotografías en las que se lo puede ver muy elegante, en traje blanco de capitán, bronceado y con gafas de sol en un puente de mando.

Schettino, un italiano de buen porte del sur de Italia, parece reflejar a la perfección la imagen de un hombre que puede enseñar a miles de pasajeros de todo el mundo las bellezas del Mediterráneo a bordo de una embarcación de 290 metros de eslora. Sin embargo, desde el espectacular accidente del crucero, la imagen de Schettino, de la localidad de Meta di Sorrento, cerca de Nápoles, ha dado un vuelco. El capitán se encuentra detenido. El fiscal general lanza duras acusaciones en su contra mientras los medios de comunicación tienen la mirada puesta en las decisiones que tomó poco antes de que se produjera el choque fatal con las rocas en el mar.

Schettino, que pertenece a una familia en la que casi todos tienen algo que ver con la náutica, comenzó a trabajar hace diez años al servicio de la empresa Costa Crociere, de Génova, a la que pertenecía el Concordia, una de sus joyas marítimas. Su primera función fue como oficial responsable de seguridad, siendo justamente su actuación en materia de seguridad a bordo y durante la evacuación lo que más cuestionan los afectados y los investigadores.

En 2006, fue ascendido a comandante. No obstante, los hechos que tuvieron lugar ese fin de semana ante las costas de la isla Giglio llevaron a que la compañía naviera hablara de "errores de juicio" que tuvieron consecuencias de gran envergadura. ¿Qué lo habrá llevado a navegar a una distancia tan peligrosamente escasa de la isla, como señala la Fiscalía? ¿Y por qué no emitió un SOS? ¿Por qué abandonó el enorme crucero en medio de los dramáticos trabajos de evacuación?

Sus primeras palabras de defensa fueron breves: las rocas contra las que colisionó el crucero no estaban en ninguna carta náutica. Poco después del desastre y poco antes de su detención, Schettino llamó a su madre: "Ha ocurrido una tragedia, pero quédate tranquila, intenté salvar a los pasajeros" dijo, según cita Il Corriere della Sera.

Según medios italianos, cuando fue instado por la Guardia costera a regresar al barco para continuar con los trabajos de evacuación, sólo se ofreció ir en busca de la caja negra. La información que contiene esa caja sobre las comunicaciones que tuvieron lugar ese día serán claves para las investigaciones. "Al igual que todos los capitanes de Costa, Schettino realizaba entrenamientos en forma regular", indicó la naviera.

Un dato curioso: Schettino tomó un taxi hacia su hotel tras el naufragio y, según declaró el hombre que lo llevó, le preguntó antes de bajarse dónde podía comprarse un par de medias…