bruselas. Comprar por Internet se ha convertido en algo tan fácil como escuchar la radio o leer el periódico, por lo menos en algunos países. Hoy por hoy, con un simple clic, podemos hacer desde el pedido a un supermercado cercano hasta encargar una buena mariscada directamente a Galicia o comprarnos un carrito de bebé en una tienda de Londres para ahorrarnos unos cientos de euros.

Pero ¿realmente no hay problemas en el horizonte online? Según la CE uno de cada cinco compradores por Internet (24%) han experimentado problemas al comprar en la red y más de un tercio siguen siendo reticentes, especialmente a encargar cualquier producto en el extranjero, porque el plazo de recepción suele ser largo, recuperar el dinero en caso de querer devolver el producto es difícil y caro y sigue habiendo miedo a un mal uso de la información personal y los datos de pago.

Con todo, el último eurobarómetro sobre este tema realizado por el Ejecutivo comunitario muestra que la situación es muy dispar, que los consumidores de los países del norte de Europa, especialmente Reino Unido, Alemania, Holanda o Suecia son más confiados y utilizan más su tarjeta de crédito en Internet frente a los más cautelosos en este terreno como son los consumidores del mediterráneo y el este de Europa, entre ellos, Bulgaria, Grecia, Italia, Portugal y Rumanía. La CE admite que hay problemas y que persisten muchas trabas que dificultan los pagos con tarjeta de crédito por Internet y a través del teléfono móvil, especialmente para las compras en el extranjero, pero también advierte que es un mercado con enorme potencial para impulsar el crecimiento y el empleo. "En los tiempos difíciles a los que se enfrenta Europa tenemos que aprovechar cualquier fuente de actividad y de nuevos empleos. Nuestro plan creará nuevas oportunidades para los ciudadanos y las empresas", explica el comisario de mercado interior, Michel Barnier, en la presentación del nuevo plan para impulsar el comercio electrónico.

La economía de Internet genera 2,6 puestos de trabajo por cada empleo no en línea destruido. Los beneficios para los consumidores ligados a los precios más bajos y al mayor surtido se estiman en 11.700 millones lo que equivale al 0,12% del PIB europeo. Es más, según las astronómicas cifras desglosadas por el Ejecutivo comunitario, si el comercio electrónico consigue representar el 15% del comercio minorista y se eliminan los obstáculos al mercado interior las ganancias para los consumidores podrían alcanzar los 204.000 millones o el 1,7% del PIB europeo.

La hoja de ruta diseñada por Bruselas incluye 16 medidas concretas destinadas a duplicar -actualmente es del 3,4%)- a 2015 lo que conocemos como comercio electrónico que engloba la venta de bienes y servicios en Internet. Paralelamente, Bruselas quiere mejorar el sistema de pago con tarjeta tanto a través de Internet como por el teléfono móvil.