vitoria. En las últimas semanas un colectivo compuesto principalmente por voluntarios, y que se hace llamar Plataforma alavesa de apoyo a los jóvenes extranjeros, ha sido el que les ha ayudado a los inmigrantes expulsados de los centros de menores dándoles comida e incluso una cama. "Llevamos semanas alojándoles provisionalmente en nuestras casas y poniendo dinero de nuestros bolsillos, todo ello para que no duerman en la calle y no estén sin comer", explicaba ayer Juantxu Oscoz.
La Plataforma cuenta, además, con la colaboración del Banco de Alimentos, e incluso con la del movimiento okupa de Vitoria, que les ha facilitado un local para que puedan cocinar. Además, varias familias de Rioja Alavesa se han mostrado dispuestas a darles cobijo en sus viviendas. La gente, por lo tanto, se ha volcado con un grupo de jóvenes que, de la noche a la mañana, se ha quedado en la calle. "A pesar de todo, ellos siguen asistiendo a sus clases en el centro de formación Ignacio Ellacuría, y sin problemas", informaba Oscoz. Agradecidos por la respuesta ciudadana insisten, sin embargo, en que en la medida de lo posible van a tratar de evitar el realojo, puesto que de aceptar el ofrecimiento los extranjeros quedarían automáticamente fuera del sistema de protección social.
"Si duermen con familias se considera que no tienen necesidad de alojamiento ni de comida, y también se les complicaría la posibilidad de obtener el certificado de residencia", explican.
Uno de los colectivos que se está haciendo cargo de estos jóvenes es Bizitza Berria, presidido por José Ángel Cuerda, que precisamente está en peligro de desaparecer por la reducción de las ayudas. El colectivo, que gestiona el Hogar Betoño, se ha quedado sin los 120.000 euros que recibía del Ayuntamiento gasteiztarra, y asegura que necesita 400.000 euros para "desarrollar una actividad mínima".