Vitoria. Hacía mucho, mucho tiempo que no se veía a tanta gente transitando por las calles más comerciales de Vitoria. Y lo que es quizá mejor, hacía mucho tiempo que no se veía a tanta gente en el interior de sus tiendas. Las rebajas de invierno aterrizaron ayer en la capital alavesa a lo grande. Las largas colas formadas frente a los mostradores, que en algunos casos llegaban hasta la calle, daban cuenta del éxito de esta nueva campaña.
Y no era para menos. Los comerciantes tenían grandes esperanzas depositadas en estos saldos tras una campaña bastante irregular condicionada no sólo por la crisis económica, sino por el clima. La tardanza del frío había frenado un poco más si cabe el consumo de ropa de invierno, por lo que el sector de textil y calzado esperaba con entusiasmo poder colgar los carteles con descuentos en sus escaparates.
La respuesta fue inmediata. Desde primera hora de la mañana miles de personas invadían las arterías principales de la ciudad y también los centros comerciales con la intención de gastar todo lo que han ahorrado durante las navidades. La Federación de Usuarios y Consumidores Independientes (FUCI) estima un gasto medio por habitante de unos 90 euros en la temporada de rebajas que acaba de arrancar, lo que supone un incremento del 5,8% respecto al ejercicio anterior. De hecho, desde 2008 será la primera vez que aumente el gasto pese a que éste ha sido sin duda el peor año de esta crisis que ha dejado en el paro a muchos alaveses.
La billetera de Maite Moreno ayer echaba humo. "En principio venía sólo a cambiar los regalos de Navidad pero ya me he gastado 60 euros más en un vestido que he visto", explicaba esta joven. Menos suerte tuvo Sara Alonso, que abandonó la tienda sin pasar por el probador. "Con la cantidad de gente que hay es imposible, lo volveré a intentar la semana que viene", aseguraba.
No exageraba. En los momentos de mayor afluencia, hacia el mediodía y también por la tarde, moverse entre los percheros de algunas tiendas resultaba una tarea bien complicada. Los atractivos descuentos que colgaban de las prendas tenían buena parte de la culpa, y es que este año los comerciantes han decidido apostar fuerte con rebajas no inferiores al 30%. "El descuento es bastante mayor que otros años, con un 10% la gente ya no te entra en la tienda", señalaba Sonia Salazar, propietaria de Ciudadella. En este establecimiento de ropa, como en tantos otros, ayer, primer día de rebajas, notaron más afluencia que en otros años. "La gente entra y sale constantemente, hay movimiento, desde luego más que el año pasado", añadía.
En esto de los descuentos las franquicias tomaron las delantera. Sus escaparates no se cortaban anunciando descuentos de hasta el 70%, un gancho interesante para vaciar los almacenes y hacer sitio al género nuevo para seguir vendiendo. Las dependientas no daban abasto doblando la ropa que quedaba tirada en cualquier esquina, los probadores no eran suficientes y las esperas para dar con un espejo interminables. Los clientes, por su parte, no dudaban en abrirse paso ante la multitud de cualquier manera para hacerse con su talla. Fue un día de locos.
Aunque lo normal es que el ritmo vaya bajando según avancen los días, las rebajas de invierno continuarán hasta marzo. Durante este tiempo los comerciantes confían en remontar el vuelo tras un año de "psicosis" y "falta de confianza" por los constantes mensajes lanzados desde la clase política y los medios de comunicación sobre la gravedad de la crisis. Así lo cree al menos el colectivo de minoristas agrupados en Gasteiz On. "Van a ser una rebajas buenas, porque suponen una forma de ahorro que los consumidores agradecen. Y no estamos hablando de saldos, sino de los restos de temporada que han quedado con precios estupendos. Es todo calidad", aseguraba la presidenta de la asociación de comerciantes, Conchi Aguirre.