vitoria. El debate sanitario sigue presentando un difícil diagnóstico. La dolencia arrancó en La Rioja, se extendió a Navarra y, en todo momento, ha afectado de lleno a Euskadi, que ahora se plantea un tratamiento distinto: que se compense a aquellas comunidades que "dan más que lo que reciben" a otras zonas limítrofes. Las palabras, prescritas por el consejero vasco de Sanidad, Rafael Bengoa, suenan como una nueva posición de fuerza del Gobierno Vasco, que insiste en que, si se llevara a cabo esta compensación, la CAV "saldría ganando".

Así lo afirmó ayer Bengoa en una entrevista realizada en Radio Euskadi. El representante del Gobierno López confirmó que planteará en el próximo Consejo Interterritorial de Sanidad la posibilidad de crear un fondo con el que se compense a las comunidades autónomas más solidarias. Éste es el caso, según apuntó, del País Vasco en relación a los servicios sanitarios que presta en La Rioja, Cantabria, Navarra y Castilla y Léon. Eso sí, el consejero insistió en que así "se seguirá haciendo".

Las palabras de Bengoa parecen un aviso para navegantes tras los conflictos que ha sufrido la CAV primero con La Rioja y, ahora, con ciertos alcaldes de Navarra. El caso del Gobierno riojano trajo cola, ya que su presidente, Pedro Sanz, llegó a cerrar las puertas de las consultas de especialistas de La Rioja a los pacientes alaveses. El caso, que se cebó con Rioja Alavesa, incluso motivó que el alcalde de Oion, Rubén Garrido -popular como Sanz, por cierto- iniciara una huelga de hambre. La situación casi se alargó tres meses hasta que los gobiernos vascos y riojano alcanzaron un acuerdo de mínimos, con una compensación sanitaria pero no económica.

Respecto a este conflicto, Bengoa recordó ayer que ya está solucionado y recordó que el Gobierno Vasco rechazó una contraprestación económica que rompa "todo lo que pensábamos que era la atención limítrofe", pero sí matizó que se intentará encontrar un "modelo de contraprestación" a través de los servicios de los que carece La Rioja al ser una comunidad más pequeña que la CAV. Y, mientras, los alaveses siguen acudiendo a Logroño porque "obviamente la gente prefiere ser atendida cerca de casa y no tener que acudir hasta Vitoria". Sea como fuere, el consejero adelantó que ya ha conversado con la ministra del ramo para abordar este tipo de asuntos, que en su opinión son "un problema nacional". Porque la clave está en "identificar a nivel nacional si hay que buscar un fondo para aquellas comunidades que se sientan muy afectadas negativamente por la suma de intercambios que pudiera haber".

el caso navarro Pero, a pesar de que este mal parece ya afrontar un proceso de recuperación, ahora hay una nueva brecha. En este caso en Navarra. Alcaldes del entorno de Bortiziriak -de Arantza, Bera, Etxalar, Igantzi y Lesaka- denunciaron que el Servicio vasco de Salud "niega" atención a pacientes de la zona norte de la Comunidad Foral. "Se ha convertido en habitual que se nos derive a tratamientos de diálisis, consultas de especialistas (incluidas pediátricas), tratamientos postoperatorios, transplantes, enfermedades degenerativas o rehabilitaciones a Pamplona", apuntaron estos dirigentes a través de un comunicado. Y eso a pesar de la cercanía de Gipuzkoa.

Osakidetza salió pronto al paso de estas acusaciones y explicó que en 2010 atendió a unos 1.400 ciudadanos navarros en los centros de Irun y Donostia, cubriendo necesidades de hospitalización, consultas de especialidades, ingresos de media estancia, transporte y diversas terapias. Es decir, una situación normalizada que atiende a la lógica colaboración entre zonas geográficas cercanas.

Bengoa rechazó que las pautas de atención entre Euskadi y Navarra hayan variado. Y aseguró que este conflicto está desvinculado de Osakidetza, puesto que se refiere a tratamientos que proporciona el Hospital Oncológico de San Sebastián, que es privado. Pese a todo, el conflicto sanitario es una herida todavía abierta. Y el choque entre necesidades sanitarias y económicas parece que aún requiere un periodo de convalecencia.