Vitoria. Neumólogo y durante 21 años director de la Unidad del Sueño de Txagorritxu, Durán-Cantolla se dedica en cuerpo y alma desde tiempos más recientes al campo de la investigación. El veterano profesional, presidente de la Comisión del centro de José Atxotegi y director científico del Instituto de Investigación (Bioaraba) en ciernes, insiste en poner en valor las ventajas de realizar una buena investigación no sólo para adquirir conocimientos, sino por los beneficios que retornan a los pacientes. Las ponencias que articularán las Jornadas de Investigación, en las que se hablará sobre temas tan dispares como la cirugía robótica, la rehabilitación cardiaca, la crisis de los pepinos o los trastornos del sueño servirán, con un lenguaje accesible para todos, para demostrar que Euskadi juega en primera división en este ámbito.

¿Qué valor aportará a la investigación del territorio y de los hospitales la creación de Bioaraba, que se ubicará dentro del HUA?

Cuando los científicos que conformen Bioaraba desarrollen un proyecto, cerca de ese grupo habrá otro empresarial que ya estará viendo el potencial valor tecnológico y generador de riqueza que tiene ese producto. El periodo desde que se genera una investigación hasta que se traduce en algo útil para el ciudadano se acortará de manera muy importante. Se generará una investigación mucho más efectiva, porque nuestros jefes son los ciudadanos, que son quienes pagan impuestos. Esta tecnología que no hay que comprar marca las grandes diferencias entre unos países y otros. Llevamos unos años trabajando en ello, Bioaraba es ya una realidad y la unificación de los dos hospitales está permitiendo hacer esa investigación traslacional que más que estar enfocada a la enfermedad lo está hacia el paciente. No queremos investigar por el conocimiento puro, sino por el beneficio del paciente. Para que sepa las ventajas que supone la investigación, no una investigación erudita y exclusivamente del ámbito académico. El beneficio se lo lleva la población, porque se generan riqueza y retornos.

¿Con qué ánimos afronta estas primeras Jornadas de Investigación desde que se produjo la unificación de los hospitales?

A decir verdad, tanto Txagorritxu como Santiago hacen desde hace mucho tiempo jornadas de investigación y el año pasado ya fue el primero que las organizamos conjuntamente, antes de la fusión. Si algo tiene la investigación es que es muy universal. Con lo cual, mucho antes de que los hospitales se unieran, ya nos habíamos unido como grupo de investigación y formamos una comisión única. Todos los días serán jornadas de puertas abiertas, con un lenguaje perfectamente comprensible para el ciudadano, por lo que animamos a todos a que se acerquen.

¿Cómo les podrían motivar para que lo hagan?

Entre otras cosas, les explicaremos que tenemos una importante unidad de ensayos clínicos en Txagorritxu desde hace diez años, que somos el único banco de cerebros de Euskadi, lo que es el banco de ADN... Hay muchos aspectos interesantes para los ciudadanos que se tratarán, sobre las enfermedades genéticas, la diabetes, lo que ha pasado con la crisis del pepino... En el fondo hablaremos de salud, que es un derecho, pero también de investigación, para que los ciudadanos sepan lo que estamos haciendo. De proyectos que no tienen ningún signo político, que estaban antes de los que nos gobiernan ahora y seguirá estando después. Porque estamos aquí para quedarnos.

Se insiste mucho en el plus que va a tener la investigación sanitaria en Álava tras la fusión de Txagorritxu y Santiago. ¿En qué ámbitos se va a mejorar principalmente?

Se va a mejorar en muchísimos aspectos. Porque Bioaraba aglutinará toda la investigación que hace el Hospital Universitario de Álava (HUA) junto con la UPV, pero también habrá socios empresariales. Los dos primeros serán BTI, la fundación de investigación de Eduardo Anitua, que está haciendo cosas de importancia mundial en medicina regenerativa. El segundo será Tecnalia.

¿Cree que el ámbito de la investigación peligra en este contexto de continuos recortes en la Sanidad?

No lo creo. La crisis, obviamente, genera dificultades de las que nadie es ajeno, porque nosotros también sufrimos esos recortes. Pero entiendo que en época de crisis también es cuando más oportunidades se generan. No creo que en este momento la investigación vaya a estar comprometida. En psicología suele decirse que toda crisis encierra dos fases, el riesgo y la oportunidad. Es una dificultad añadida pero también una oportunidad, porque nos permite esforzarnos mucho más, ser más eficientes, idear nuevos proyectos, y aun a pesar de la crisis y los recortes los hemos ido desarrollando con financiación suficiente. Apostar por I+D+i es apostar por el futuro. Y aquellos gobiernos que lo hagan, obtendrán grandes réditos. En el País Vasco se ha hecho. Luego hay gente que se sorprende porque aquí hay un 8% de paro y menos déficit que en el resto del Estado. Quizá se debe a que no todo se confió en su día al ladrillo como en otras comunidades. Por eso, soy optimista.

¿Qué proyectos de investigación destacaría dentro del territorio?

En la última convocatoria abierta por el Gobierno Vasco, que destina una cantidad relevante de dinero a este campo, se han presentado más de 30 proyectos de investigación entre ambos hospitales. Lo mismo sucede con la agencia de investigación más importante, el Instituto Carlos III, que ha multiplicado por diez la inversión que realiza comparándola con la que se hacía hace sólo ocho años. Los más prometedores son, por ejemplo, los presentados por el grupo de Salud Mental de Santiago, relacionados con las drogodependencias, que representan una línea muy potente. También se han presentado varios proyectos muy importantes relacionados con el riesgo cardiovascular, con los trastornos del sueño o con el consejo genético.