logroño. Eran apenas las nueve de la mañana cuando una persona llegó ayer al céntrico paseo del Espolón de Logroño, frente al palacete del Gobierno regional, delante del balcón del presidente Pedro Sanz. Era el alcalde de Oion, Rubén Garrido, decidido a luchar por la atención sanitaria de sus convecinos de una manera peculiar. Extendió su cartel reivindicativo y comenzó una huelga de hambre hasta que se solucione el veto unilateral riojano a seguir atendiendo a los pacientes de la comarca de Rioja Alavesa. Su gesto fue observado por el presidente riojano desde detrás de las cortinas, pero no le llegó a llamar en todo el día, a pesar de haber mantenido conversaciones y hasta un encuentro estos días de atrás.
Quienes sí gritaban en la calle eran numerosos vecinos de Oion, que pasaban con sus coches por delante, dando ánimos a su regidor, quien contestaba llamando por su nombre a la gente. "Me consta -afirmaba Garrido- que desde primera hora de la mañana están tratando este tema en diferentes ámbitos, a nivel de Ministerio de Sanidad, también el Gobierno Vasco, así como el Ejecutivo de La Rioja. Puertas adentro, el Partido Popular, a nivel nacional, también lo está tratando. Yo confío en que a alguien se le aclare la mente para entender que esto es una responsabilidad por nuestra parte y, como instituciones, ellos tienen que dar una solución".
Tranquilo y relajado afirmaba estar a la espera de un compromiso formal de desbloqueo urgente por parte del Gobierno de La Rioja. Su pretensión no es otra que obligar a las instituciones a que reconduzcan el tema a través de una negociación o de una mesa interterritorial de Salud, "para no someter a los pacientes de Rioja Alavesa a una situación de desamparo en lo que respecta a Sanidad, como en la que nos encontramos".
Además, el primer edil confirmó estar "encantado y tranquilo y convencido de la decisión que he tomado". Por eso anunció su predeterminación porque "aquí nadie pierde y nadie gana y lo que estamos haciendo entre todos es lo que se nos ha encomendado a nivel institucional. Solucionar el problema a los ciudadanos y no crear más".
Mismo partido, distinta opinión El hecho de que el alcalde de Oion y el presidente riojano sean del mismo partido no supone que tengan que coincidir en todo. "Dicen que es raro que entremos en conflicto las personas del Partido Popular. Yo, por mi parte, hago lo mío por encima de las siglas. Lo hago por mi pueblo. Tenemos un grave problema y tenemos que tomar determinaciones y en este caso toca tratar de hacer ver al señor Sanz que se ha equivocado en las formas. Por eso le pido, y además sería honroso por su parte, dar un paso atrás, revertir la situación y reconducirla a través de una mesa de negociación. Estoy convencido que a él le daría mucha más credibilidad", indicó.
Lejos de protagonismos políticos, a Rubén Garrido lo que le preocupa es que "llevamos mucho tiempo con esto. Llevo dos meses trabajando en este sentido. Pero en la doble vertiente mía como profesional de la sanidad pública y como alcalde de Oion me hace dar un paso adelante porque esta situación me quita el sueño y entiendo que los tiempos de unos no son los mismos de otros".
Y en ello no ha estado solo. "A lo largo del día -reconocía- ha fluctuado el movimiento de gente. Estoy dispuesto a aguantar hasta que llegue una solución definitiva", concluyó.