vitoria. El origen de la crisis que padece más de una quincena de ayuntamientos alaveses es múltiple y la solución aún no está escrita. Es el momento de analizar la situación a fondo y plantear posibles soluciones. Joseba Garmendia, profesor de la Escuela Universitaria de Empresariales de Vitoria, reconoce que es el momento de llevar a cabo ajustes, si bien caben varias alternativas. Así, plantea mancomunar algunos de los servicios o de los gastos corrientes de los consistorios para lograr un ahorro efectivo.
Garmendia admite que la resaca del boom inmobiliario, con la caída en picado de los ingresos procedentes de las plusvalías y las licencias de obras, han socavado la situación financiera de los ayuntamientos, pero subraya que el origen del problema se encuentra en el descenso de la recaudación fiscal. "Más de la mitad de los ingresos de las arcas municipales provienen de las transferencias de los fondos de la Diputación", recuerda. "En la medida en que la recaudación fiscal de la Hacienda alavesa ha bajado de forma importante -añade-, ello repercute sobre el fondo y, desde el fondo, en los ayuntamientos".
El profesor de la UPV señala, además, que a lo largo de los últimos años los consistorios han adquirido nuevas competencias de forma progresiva y que, a pesar de haber reclamado mayores ingresos para hacerles frente, no se les ha atendido adecuadamente.
El peso de la financiación municipal ronda, en el caso de la CAV, el 15% del PIB, mientras que en otras áreas de Europa es mucho más elevada. Un apunte que le sirve a Garmedia para reforzar su tesis de que la crisis municipal alavesa obedece fundamentalmente al desplome de la recaudación fiscal. "La situación responde, por una parte, a la caída de la actividad económica, que ha tirado hacia abajo del IVA y del Impuesto de Sociedades. Por otra parte, las modificaciones y reformas que han sufrido los impuestos directos como el IRPF, el Impuesto de Sociedades, el de Patrimonio que ha desaparecido... También han restado capacidad recaudatoria a las diputaciones", ahonda.
Llegados al capítulo de los gastos, "cada ayuntamiento es un mundo". "Parte de la solución viene por la reestructuración de las deudas que se han contraído. Toca retrasar pagos y poner en marcha planes de recortes. No tanto en materia de servicios como de ajuste de gastos en los servicios que se subcontratan, en plantilla y demás. Todo eso me imagino que habrá que hacerlo, pero de forma combinada con la parte de los ingresos para que los recortes no resulten traumáticos".
gobierno vasco Dejar la solución en manos del Gobierno Vasco mediante la creación de un fondo de titulización de la deuda de las corporaciones locales es una posibilidad válida, pero Garmendia considera que "no modifica la base del problema, que es la caída de la recaudación fiscal". "Lo que se está planteando es que hay que paliar la situación de suspensión de pagos que tienen ciertos ayuntamientos para que no se reduzca la actividad económica, puedan pagar las facturas y por lo tanto las emprsas que suministran servicios y bienes a esos consistorios logren mantenerse. Si eso se hace desde un fondo del Gobierno Vasco, el Ejecutivo ve reducida su capacidad de impulso de la economía", sopesa. Igualmente destaca que es conveniente tener en cuenta con qué entidades se tienen las deudas para analizar la posibilidad de reestructurarlas.
La reducción de gastos sin eliminar ayuntamientos podría pasar, según sugiere Garmendia, por mancomunar servicios o gastos fijos. "No es lo mismo un arquitecto a tiempo parcial por cada municipio que disponer de un servicio mancomunado. También se podría aplicar a otras cuestiones, como por ejemplo los técnicos de Cultura".