Vitoria. El IX Congreso de Aplicaciones de Realidad Virtual que Tecnalia presenta hoy en el Parque Tecnológico de Miñano será el marco en el que un extenso grupo de expertos, entre los que se encuentra Mikel Frutos, aborde los pros y los contras de la televisión del futuro.
Empezamos con la TDT, están a punto de llegar la HBBTV, la IPTV... ¿No cree que la gente se va a volver loca?
Es verdad. De hecho, la ruta de la TDT no está trazada. Estábamos con la definición estándar, hace cuatro días pusimos las antenas para la alta definición y ahora llega una reorganización europea de las frecuencias que obligará a cambiar los canales de sitio dentro de la TDT. Además hay otros estándares, como la TDT2 o la DVBT2 a punto de llegar. La televisión hasta hoy era algo que estaba en el salón, que encendíamos y que recibía canales. Ahora se está convirtiendo un display en el que lo que menos se ve es la televisión clásica.
¿Qué es la televisión híbrida?
Existe una generación de televisores conectados o híbridos que reciben señal de antena y de Internet. En España, el 20% de los que se han vendido este año es de este tipo, pero sólo el 10% se conecta actualmente.
¿Lo que se busca es que uno decida qué quiere ver y cuándo lo quiere ver?
Correcto. Todas las cadenas, EITB también, llevamos tiempo trabajando en tener los contenidos disponibles bajo el concepto de catchup. Lo emitido se mantiene en la nube disponible para ser consumido cuando la gente quiera. Esto será posible a través de los televisores conectados. Pero surge una dificultad, ya que no existe un estándar. Cada fabricante tiene el suyo. Si, por ejemplo, tienes un Panasonic, cuando te conectas vas al servidor de Panasonic.
¿Por qué no se unifica?
Porque las marcas han visto la posibilidad de poner en tu salón el escaparate de su negocio pagando tú el dispositivo. Despliegan sus aplicaciones y los servicios que ofrecen o que están cobrando a otros sólo por aparecer en sus televisores. De ahí el HBBTV, que es un proyecto de estándar común abierto a todos.
Incluso Apple se plantea crear su propio televisor híbrido...
Sí, pero Apple ya tiene Apple TV, que es una cajita que se conecta al televisor por HDMI. Mi opinión personal es que la batalla la ganará quien consiga mantener su mando a distancia como mando predominante sobre los otros. Ahora mismo, Apple TV se comunica con el Iphone y con el Ipad, así que puedes manejar la tele desde el teléfono o el tablet.
La revolución llegó al transformar los móviles en ordenadores. ¿Ahora les toca a los televisores?
Has dado en el clavo. Ahora mismo los móviles son casi de todo menos teléfonos. Para marcar un número tienes que entrar en el tercer menú y a la tele le va a pasar lo mismo. Todavía no estamos en la dinámica de cambiar de televisor cada seis meses, pero creo que las cajitas tipo Apple TV, que amplían las posibilidades del aparato, se impondrán.
Dentro de la interactividad se valora incluso poder votar desde la tele.
En 1952 se vendían unos plásticos que se ponían sobre la tele y, con unos rotuladores, el presentador enseñaba a los niños a pintar personajes de los dibujos animados. En 1956 nació en Ohio la televisión interactiva por cable. 200.000 usuarios votaban en encuestas políticas y aquello duró siete años. Una de las razones por la que acabó era que se sospechó que la Warner guardaba los datos sobre preferencias políticas.
¿Se acabará lo de comentar en el trabajo lo que echaron ayer por la tele?
Sobre todo porque ya lo habrás comentado en directo. Ya está pasando. Durante el estreno de la segunda temporada de Walking Dead se creó un extenso debate en paralelo vía Twitter. Y con los eventos deportivos sucede exactamente lo mismo. No a través de la propia tele sino de los dispositivos que tienes a mano. El móvil, el netbook o el tablet.
¿Y acabará la psicosis por el 'share'?
El problema está en que en la televisión a la carta la distribución del contenido la pagas tú. El ancho de banda que se consume viendo Goenkale lo pagas tú. Nadie garantiza aún las audiencias ni regula los derechos digitales. Faltan los árbitros que permitan que ese mundo sea un negocio como ocurre con los programas convencionales y la publicidad. Y, por otra parte, las operadoras que suministran Internet están preocupadas porque se está emitiendo televisión a través de la Red, se están generando unos beneficios por publicidad y ellas no ven un duro. Es como si en una autopista le cobras una cosa a un camión que transporta huevos y otra a uno por llevar televisores.