EL descubrimiento de una gran torre y un edificio residencial de sillarejo han desvelado la existencia de un poblado medieval fortificado en La Puebla de Arganzón, en el Condado de Trebiño, que dataría de los siglos IX y X, y podría ser uno de los castillos más antiguos del País Vasco. El grupo de investigación en Patrimonio y Paisajes Culturales de la UPV dio ayer a conocer en un comunicado este hallazgo tras la intervención arqueológica llevada a cabo durante los pasados meses de septiembre y octubre.

Los investigadores de la UPV consideran que este lugar, ocupado en el siglo IX o X, fue un centro señorial de gran entidad, ya que está construido a modo de "encastillamiento", un estilo que hasta la fecha en España sólo se le había reconocido al castillo de Trebiño.

El poblado medieval encontrado consta de un importante número de edificios, entre los que destacan una gran torre rectangular con muros de unos dos metros de ancho y un edificio de sillarejo de carácter residencial. Además, se han recuperado numerosos materiales de uso cotidiano, como cerámica o restos de comida, así como monedas, elementos de adorno personal y otros objetos metálicos.

Carácter defensivo

Ataque a Álava y Castilla

Los investigadores creen que la primera ocupación de este poblado tuvo carácter defensivo, ya que una fuente árabe narra cómo en el año 801 el ejército dirigido por el hermano del emir cordobés al-Hakam fue derrotado en el desfiladero de Arganzón cuando iba a atacar Álava y Castilla, por lo que, de demostrarse este hecho, el castillo descubierto sería "uno de los más antiguos localizados en el País Vasco y su entorno".

El enclave de Arganzón constaba de un recinto fortificado en la Edad Media que englobaba tanto el castillo como el pueblo campesino, un estilo constructivo llamado "encastillamiento". Se cree que en torno al año 1000, el lugar fue transformado con la construcción de una serie de edificios de gran porte así como de un poblado próximo, pero hacia el 1350 el pueblo fue abandonado y las anteriores estructuras fueron aprovechadas para edificar el castillo que aún se conserva en la actualidad en estado ruinoso, y que tenía un profundo foso de unos cinco metros de anchura.

Esta intervención arqueológica, dirigida por el catedrático Juan Antonio Quirós y financiada por la Junta de Castilla y el Ayuntamiento de La Puebla de Arganzón, se prevé que continúe el próximo año para conocer mejor el origen y desarrollo de este enclave medieval.

La Universidad del País Vasco ha destacado que el hallazgo será publicado en la edición de diciembre de la principal revista europea de arqueología medieval europea Archeologia Medievale, bajo el nombre Incastellamento nella valle dell'Ebro nel X secolo: il castello di Treviño, Archeologia Medievale XXXVIII.