Vitoria. Interior, Justicia y Sanidad. Son los tres sectores donde se producen las principales vulneraciones de los derechos lingüísticos. Al menos así lo ha constatado Elebide, que durante el pasado año recibió un total de 261 quejas por parte de gente que pidió ser atendida en euskera y no lo logró.
Cuando se cumplen dos años desde que entrara en funcionamiento el Servicio para la Garantía de los Derechos Lingüísticos, se pone de manifiesto que las incidencias registradas en esta materia son cada vez más abundantes. Éstas han aumentado un 20% respecto a 2009, y prácticamente la totalidad corresponden a intentos de la ciudadanía vasca por tratar de usar el euskera en las instituciones y en el ámbito privado. Sólo un 1,4% son quejas asociadas al castellano.
Según explicó ayer la viceconsejera de Política Lingüística del Gobierno Vasco, Lurdes Auzmendi, tres sectores aglutinan las principales quejas. En concreto, Interior (Ertzaintza), Justicia y Sanidad. Al parecer, los esfuerzos invertidos en euskaldunizar estas áreas no han sido suficientes para que la atención a la ciudadanía se pueda realizar íntegramente en euskera. "Cuando se puso en marcha el plan de política lingüística se establecieron una serie de prioridades, que eran la enseñanza, la Administración y EITB, y se pensó que las áreas de segundo orden se irían equiparando", explicó Auzmendi. En este sentido admitió que existen dificultades para lograr la normalización en los citados sectores.
A rasgos generales las principales quejas se centran en la comunicación escrita. En el caso de algunas instituciones los ciudadanos se quejan de que la documentación disponible sólo se encuentra en castellano, aunque también hay un 25% de incidencias que corresponde a la atención oral. Además, una quinta parte de las reclamaciones registradas hace referencia a la rotulación, sobretodo de los establecimientos comerciales. En ese sentido, Auzmendi reconoció ayer que la normalización del euskera presenta puntos débiles. "Sin embargo, si miramos con un poco de perspectiva a los últimos treinta años es innegable que son muchas más las luces que las sombras. Ese balance nos da mucha fuerza para seguir adelante", añadió.