vitoria. La asociación SOS Bebés Robados pidió ayer al Parlamento Vasco que cree una comisión de investigación que estudie el robo de recién nacidos durante el franquismo y los primeros años de la democracia. Los representantes del colectivo relataron casos de los que se ocupan y explicaron cómo "numerosos" médicos, enfermeras, monjas y comadronas vendieron niños para darlos en adopción "utilizando el pretexto de que habían muerto".

Sus portavoces advirtieron de que "la mayoría de sus víctimas" tenía un perfil determinado. En concreto, muchas eran madres solteras o muy jóvenes y otras madres de varios hijos. Entre las afectadas, según añadieron, también figuraban madres de gemelos o mellizos a las que arrebataban uno o los dos hijos.

SOS Bebés Robados denunció que muchas veces a los padres se les impedía ver a sus hijos supuestamente muertos y en otras ocasiones los implicados enseñaban siempre el cadáver de un mismo bebé a diferentes madres. Además, la asociación expuso que los hospitales se hacían cargo de todos los trámites necesarios cuando informaban de la muerte de un bebé, algo que "ni antes ni ahora" puede hacer un centro hospitalario porque "no es de su competencia".

El colectivo denunció también que todo bebé que fallece dentro de las 24 horas siguientes al parto es considerado un feto y no consta ni como nacido ni como muerto, una circunstancia que permitió que "muchos profesionales" se apropiaran de los bebés para venderlos en el "mercado negro". También señaló que, además, hay otras víctimas, que son las familias que adoptaron, ya que ahora están descubriendo que pagaron a médicos y otros profesionales a cambio de un bebé robado.

Por ello, los portavoces de la asociación exigió que se investiguen "todas" las adopciones practicadas en el Estado, también las de apariencia legal, ya que hay muchas "que no son lo que parecen".