vitoria. Desde hace siete años, el edificio del Banco de España esta vacío. ¿Se va a destinar a algún fin o se va a ceder al Ayuntamiento, como piden los vecinos?
¿Los vecinos? No creo que quieran que se ceda al Ayuntamiento. Otra cosa será que el propio Ayuntamiento quiera que se le ceda. Siempre que tenga una utilidad, a los vecinos les dará igual que allí se ubique un servicio municipal, que se facilite una vacunación para cuando tienen que viajar al extranjero o que se renueve el DNI. El Gobierno de España necesita edificios para cubrir bien sus competencias, así que lo razonable es que no se lo dé a nadie.
El Gobierno de España ha dispuesto de siete años para decidir qué utilidad darle y se mantiene vacío...
Si yo fuera el Gobierno no lo cedería. El Ayuntamiento tampoco le ha dado nada al Gobierno. Aquí tenemos la idea de que el Gobierno tiene que regalar las cosas como si no tuviera competencias, funcionarios, espacios en los que realizar esas competencias... Eso tiene que cambiar. Cuando hay transferencias, como ha sucedido con las políticas activas de empleo, se transfieren edificios. Pero cuando un edificio es del gobierno no tiene porqué cederlo. Lo razonable es que forme parte de la Administración General del Estado.
¿Algún servicio en concreto? Se habló de ampliar las dependencias de la Subdelegación...
No, otra cosa son servicios de la Administración General del Estado, que puedan ofrecerse ahí servicios que ahora se encuentran en otros lugares. Se han barajado diversas posibilidades pero por ahora no hay nada cerrado. Lo importante es que ese espacio esté adecuado al uso, ya que antes albergaba una instalación bancaria, así que debe adaptarse como oficina o servicios para poder atender a la gente. Más tarde será el Gobierno el que decida qué va ahí.
Otro de los patrimonios que se han reclamado han sido los terrenos de Araka para el desarrollo de una ciudad del motor. ¿Cabe la posibilidad de desbloquear esta zona militar?
Siempre respetamos las opiniones y los proyectos, si bien resulta chocante idearlos sobre terrenos ajenos. No sabemos qué mecanismos pensaban emplear para acceder a ellos, si pretendían comprarlos o si se buscaba una cesión.
¿Nunca se reunieron con los promotores del proyecto?
Que yo sepa, nunca se han dirigido a nosotros. No me consta. Toda la información nos ha llegado por los medios. Se dijo que se habían pedido los terrenos, pero nunca se habló de dinero. Defensa nunca se ha cerrado a que esos terrenos puedan pasar a otras manos, siempre que por parte de quien quiera los terrenos se cedan otros en los que se pueda desarrollar esa actividad de forma adecuada.Pero nadie ha planteado ningún otro terreno válido por ahora.
Cambiando de tema, ¿qué tal avanzan las obras del TAV?¿Se mantiene el ritmo inversor?
Me gustaría recordar que el Gobierno de España paga todas las obras del TAV. Cuando el Gobierno Vasco dice que tiene como prioridad presupuestar la alta velocidad en Gipuzkoa, no debemos olvidar que finalmente será el Gobierno el que lo pague vía cupo. El Gobierno Vasco realiza una gestión de tesorería, pero lo importante es que el que luego paga diga que se puede hacer. En cuanto al avance de las obras, está siendo razonablemente bueno incluso en Gipuzkoa, donde la orografía es más complicada. Es clave que los trabajos se desarrollen con total seguridad y respetando los requisitos medioambientales. También hay que felicitar al Gobierno Vasco por su gestión, que está siendo magnífica e impecable. No hay más que ver los tramos que ha abierto, los que está habilitando... Hay que felicitar a la Consejería y al Departamento.
Paralelo al avance del TAV está el proyecto de soterramiento en Vitoria. ¿En qué punto están las cosas?
El Gobierno sigue manteniendo su compromiso al 100%. Lo que sucede es que aquí intervienen varias instituciones y ha habido cambios en la dirección de algunas de ellas. Esperemos que la Diputación y el Ayuntamiento mantengan la misma postura porque entiendo que supera la realidad partidaria. Es demasiado importante para el futuro de Vitoria.
En la órbita del soterramiento se halla la estación intermodal. ¿Qué le parece el abandono del BAI Center y la ejecución de la estación de autobuses en Euskaltzaindia?
El Gobierno de España respeta el debate municipal, no entra ahí.
En lo que sí entraba era en la financiación del Bai Center y le dio la espalda. No se entendió que Madrid sólo concediera 50.000 euros para un proyecto de millones y además promovido por un alcalde socialista.
Hablar del pasado sobre algo que han decidido no hacer creo que es una pérdida de tiempo. Si el proyecto aún estuviera en vigor cabría la posibilidad de que fuera financiado por el Gobierno. Nadie condicionó su ejecución a la financiación del Gobierno de España. El PP dijo que no haría el BAI Center hubiera o no financiación del Gobierno de España porque no quería destinar ninguna financiación municipal al proyecto. Cuando alguien se plantea hacer un proyecto de esta envergadura es normal que busque apoyos, pero no podemos olvidar que en Euskadi existe un concierto económico y que las competencias de Cultura e Infraestructuras están transferidas al 100%. Parece que el Gobierno de España tiene la obligación de colaborar en cualquier actuación estratégica o cultural que se haga y no es así.
¿Cómo valora la respuesta dada por la ciudadanía a la Vuelta Ciclista a España y el trabajo de seguridad desplegado conjuntamente por la Ertzaintza y la Guardia Civil?
La respuesta ciudadana fue muy positiva, porque fue mucha gente a verlo y les gustó. Si hay que medir el éxito por el número de gente que asistió, fue total. Algo lógico porque hay mucha afición al ciclismo en el País Vasco. La colaboración entre la Ertzaintza y la Guardia Civil también muy positiva. Y todo lo demás que ha habido responde al artificio y a las obsesiones de algunos. Llega la Vuelta Ciclista y como su nombre incluye la palabra España y están obsesionados, ya hay un problema. Pero es un problema que tienen ellos, nadie más. Al que le guste el ciclismo, que vaya a verlo y al que le guste el baloncesto, igual. La liga de fútbol también es española y cada quince días va a San Mamés sin problemas. Al que le gusta va a verla y al que no, no va.