BARCELONA. La Policía Nacional ha detenido a nueve personas dedicadas al cultivo de marihuana en sótanos y habitáculos ocultos en varias poblaciones de Barcelona, donde se han intervenido 2.500 plantas de "cannabis sativa" y 300 litros de productos químicos y fertilizantes, cuyo destino era el mercado holandés.
La Policía Nacional ha informado hoy de que el grupo estaba dirigido por un hombre de nacionalidad holandesa que está considerado uno de los grandes narcotraficantes de los Países Bajos y bajo cuyas órdenes trabajaban otras ocho personas, argentinos y españoles.
La investigación que ha permitido desmantelar estas plantaciones se originó el pasado mes de marzo, aunque se sospecha que el grupo se dedicaba al cultivo intensivo de marihuana en la comarca barcelonesa del Maresme desde el año 2010.
El dispositivo policial ha localizado tres plantaciones diferentes, una en unos sótanos de una antigua fábrica de Vilassar de Mar (Barcelona), otra en un cobertizo anexo a una casa de Montcada i Reixac (Barcelona) y la tercera en unos habitáculos practicados en la tierra en Sant Cebrià de Vallalta (Barcelona).
Dichos habitáculos excavados en la tierra eran disimulados con una plataforma de hormigón de grandes dimensiones desde la que se bajaba a los cultivos.
Las plantaciones estaban dotadas de sistemas tecnológicos para el crecimiento de las plantas, además de nutrientes, acelerantes y fertilizantes específicos para el crecimiento y floración, control de riego, ventilación y humidificación.
En total, la policía se ha incautado de 47 kilos de hachís, 300 litros de productos químicos, fertilizantes y abonos, una arma de fuego corta y una detonadora con munición, así como dos vehículos.
Los detenidos se repartían las funciones dentro del grupo: dos argentinos, que eran socios capitalistas del negocio, se dedicaban a controlar las instalaciones y un matrimonio español tenía encargado el cuidado de la plantación de Sant Cebrià de Vallalta, con la ayuda de su hija.
Entre los detenidos figura también un lampista responsable del área técnica y de las instalaciones eléctricas e hidráulicas que nutrían las plantaciones.
Cinco de los detenidos han ingresado en prisión provisional por orden del juzgado de instrucción que dirigía la investigación, mientras que el resto han quedado en libertad con cargos.