vitoria. Un reciente estudio publicado por la revista Science concluye que la separación de niños y niñas en las aulas fomenta el sexismo y refuerza los estereotipos de género entre el alumnado. En un artículo titulado La pseudociencia de la escolarización por sexos, la publicación rebate las supuestas ventajas de que los niños y niñas acudan a colegios en los que solo se admite un sexo frente a los centros mixtos.
El estudio, realizado en Estados Unidos, y recogido por el diario El Mundo, asegura que en el momento en el que los menores crecen en ambientes en los que por algún motivo se discrimina a alguien, ellos mismos empiezan a comportarse de manera diferente.
Añade que si se comparan los expedientes académicos de alumnos que asisten a colegios mixtos con los de aquellos que acuden a centros en los que se segrega por sexo, los resultados académicos son muy similares, por lo que contradice las teorías apoyadas por ciertos sectores que sostienen que los alumnos obtienen mejores resultados separados por sexos.
El estudio se refiere también a otras investigaciones en el ámbito de la eurociencia que no han hallado ningún tipo de prueba de que las diferencias en los cerebros de chicos y chicas justifiquen el uso de distintos métodos de enseñanza, ya que dichas diferencias no tienen nada que ver con el aprendizaje.
En el texto, además, se hace referencia a polémicos artículos publicados por docentes en revistas para profesores, que abogan por la necesidad de escolarizar por separado a niños y niñas basándose en las diferencias en sus sistemas nerviosos. En concreto, Leonard Sax, director de la asociación nacional para la educación pública según el sexo, asegura que los chicos responderán mejor a un trato enérgico y brusco, mientras que las chicas deben ser tratada de forma más amable. La investigación publicada en Science rebate este tipo de teorías. "Separar a chicos y chicas en la escuela convierte al género en un aspecto muy importante, y eso hace que se refuercen los estereotipos y el sexismo", asegura Richard Fabes, director de la Escuela de dinámicas sociales y familiares de la Universidad de Arizona (EEUU) y uno de los autores de este estudio.
El estudio sostiene que los niños que están en ambientes donde los individuos son etiquetados y segregados en función de sus características físicas, ya sea el género, el color de sus ojos o la camiseta que llevan, se comportaban de manera diferente. Fabes se pregunta si sería admisible que los alumnos fueran segregados por su raza o por los ingresos de sus familias. "No hay pruebas que demuestren los buenos resultados de separar y segregar. Cualquier forma de segregación mina la igualdad en lugar de promoverla", concluye.