EL equipo de arqueólogos que trabaja con la coordinación de los profesores Javier Fernández Eraso y José Antonio Mujika Alustiza ha logrado localizar lo que parece el pasillo de entrada al dolmen de La Huesera que, hasta ahora, no había sido descubierto por nadie.
Este dolmen, ubicado en el término de Laguardia, en dirección hacia el otro monumento megalítico más llamativo de la comarca, el dolmen de La Hechicera (en Elvillar), fue localizado por Domingo Fernández Medrano, que entonces era director del Museo Arqueológico, en 1948. Fue él quien realizó los primeros trabajos en la estructura megalítica. En su interior descubrió restos de unas 60 personas, sin encontrar el corredor de acceso y pensando que era el único en la zona sin esa estructura.
Como los yacimientos arqueológicos no suelen estar en las prioridades de las agendas políticas, el grupo de piedras se quedó olvidado durante décadas ocupando un pequeño altillo en uno de los caminos rurales que llevan a las viñas al pie de Sierra Cantabria. Éstas recibían alguna que otra visita interesada sobre todo por ver el pequeño lagar rupestre que está allí mismo más que para preguntarse qué esperaba la Administración para tratar de recuperar esa joya arqueológica.
Así estuvo hasta que el año pasado, el Departamento de Cultura de la Diputación alavesa y la Fundación Euskoiker, conveniaron programar intervenciones en los dólmenes de El Montecillo (Villabuena), La Chabola de la Hechicera (Elvillar) y el Alto de la Huesera (Laguardia).
El primero acababa de ser descubierto por un vecino del lugar y estaba en muy mal estado. El segundo, La Hechicera, ha sido objeto de un profundo estudio de campo en los últimos meses por el equipo de estos profesores, un grupo integrado por José Ángel Apellániz, Maitane Oyarzábal, Miguel Ángel Berjón, José Manuel Tarriño e Ismael Moll. El grupo ha limpiado de piedras la zona y la imagen que ofrece ahora el dolmen de Elvillar es la que tuvo en sus orígenes, aunque falta por acometer el trabajo de restauración de la zona para que quede digno lo que es uno de los símbolos de Rioja Alavesa.
En el de La Huesera se decidió dejarlo para el final, aunque previamente se realizaron varios trabajos de consolidación. Se recolocaron las grandes losas caídas, se instalaron varias cinchas metálicas para asegurar que no se desplomaban y se estudio el interior del dolmen. Allí aparecieron varias capas de enterramientos con hasta treinta restos de personas.
Mediado el mes de agosto el equipo de arqueólogos regresó tras haber finalizado en La Hechicera, con el objetivo principal de excavar el corredor de entrada localizado, en parte, durante los trabajos de 2010. José Ángel Apellániz comenta que "el objetivo de la campaña de este año es terminar de localizar, y excavar el corredor y el pasillo de entrada. De hecho, todos los dólmenes de Rioja Alavesa se denominan de corredor, es decir que tienen la cámara funeraria y un pasillo de acceso". Apellániz recuerda que en los trabajos de excavación de Fernández Medrano "el corredor se quedó sin localizar". Para encontrarlo, el equipo realizó "la cuadrícula del terreno", en el lugar que parecía más apropiado, y ayer se dio con la continuación de la parte que se localizó el pasado año tras haber movido bastante material.