vitoria. Los resultados preliminares de los test de estrés a las centrales nucleares españolas han dejado reacciones para todos los gustos, como no podía ser de otra manera. A las buenas palabras de Nuclenor y del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), que pese a las mejoras que ha exigido a las plantas avala como "muy positivos" los test de estrés, se sumaron ayer también las valoraciones de unos grupos ecologistas muy escépticos con la validez de estas pruebas. Tanto Ecologistas en Acción, como Greenpeace y Amigos de la Tierra coincidieron en censurar "el bajo nivel de exigencia" de estos exámenes, que han tenido unos resultados "bastante previsibles" para todos ellos.
Alfonso Ribote, portavoz en materia nuclear de Ekologistak Martxan, criticó en declaraciones a este periódico que en las pruebas no se haya analizado la posibilidad de las plantas de sufrir ataques terroristas, un peligro real a juicio de estos colectivos y que pondría en gravísimos aprietos la seguridad de la población de su entorno. A juicio de Ribote, los buenos resultados de las pruebas se explican porque el CSN, "aunque no lo sea oficialmente, también es parte del lobby nuclear, por lo que tampoco le interesa ser demasiado severo con las centrales para precipitar sus cierres".
En declaraciones a Europa Press, el responsable de Energía de Greenpeace, Carlos Bravo, se mostró especialmente duro con los resultados de unos análisis "muy autocomplacientes y poco rigurosos". Según Bravo, "todas las centrales tienen serias dificultades para superar las pruebas de resistencia" y sus informes son "una vergüenza".