WASHINGTON. Las dos sondas de la misión GRAIl, sigla en inglés de "Gravity Recovery and Interior Laboratory", tienen como misión medir el campo gravitatorio de la Luna y proporcionar imágenes en rayos X de su corteza y núcleo, para ayudar a conocer mejor la estructura que se encuentra bajo la superficie de nuestro satélite.
El cohete que transporta las sondas despegó exactamente a las 09.08 horas locales (13.08 GMT) de Cabo Cañaveral, en Florida, después de que los fuertes vientos hubieran obligado a desechar la primera oportunidad de hoy para el lanzamiento, a las 08.28 (12.28 GMT). Se trataba de la tercera ocasión en que se intentaba el lanzamiento, que inicialmente estuvo programado para el pasado jueves.
Entonces, las malas condiciones atmosféricas obligaron a la cancelación, mientras que un segundo intento el viernes se aplazó por un fallo en el sistema de cohetes propulsores Delta 2.
Las medidas que tomará GRAIL contribuirán a entender mejor la relación entre la Tierra y su satélite, de manera que la NASA podría mejorar sus estimaciones en el caso de que decidiera volver a enviar una misión tripulada a la Luna.
Con los datos que recojan las sondas se elaborará el mapa gravitatorio más completo que exista hasta el momento, según los científicos.
Para configurarlo, tendrán que superar la presión que ejercerá la radiación solar sobre los paneles de las naves, la gravedad y la interacción con los otros planetas, que les obligará a realizar correcciones en sus mediciones sobre la marcha.
Las dos sondas GRAIL no llegarán a las proximidades de la Luna hasta finales de este año.
Una vez allí, las dos naves espaciales tendrán la capacidad de analizar toda la estructura interior del astro, desde su centro hacia las capas externas de su corteza.
Cada nave sobrevolará la superficie lunar a 50 kilómetros de altitud y tomará datos de las variaciones que se den en el campo gravitatorio de la Luna. Esto se logrará midiendo la distancia entre ambas, ya que las formaciones topográficas alteran esa separación.
La misión terminará a principios de junio de 2012, cuando ambas sondas acaben estrellándose contra la superficie de la Luna.
Los datos recopilados por las sondas servirán para responder a muchas preguntas sobre la Luna que siguen sin tener respuesta y proporcionará a los científicos una mejor comprensión acerca de la formación de la Tierra y otros planetas rocosos del sistema solar.
Estos ingenios espaciales tendrán además una misión didáctica para acercar el espacio a los niños.
Las sondas llevarán a bordo unas cámaras denominadas MoonKAM, gracias a las cuales estudiantes de todo el mundo podrán pedir que se fotografíen determinados lugares de la Luna cuando las naves pasen sobre ellos.
La agencia espacial estadounidense anunció esta misión en diciembre de 2007 en el marco de su programa "Discovery" y los científicos esperan obtener con ella resultados revolucionarios y de gran utilidad para las generaciones futuras.