vitoria. La labor que realiza un cuidador de enfermos con Alzheimer es ardua y a la vez delicada. Esta tarea, aunque es gratificante desde el punto de vista humano, genera efectos negativos que repercuten en la salud mental de quien la realiza. Así lo afirma el psiquiátra Manuel Martín Carrasco. Éste explica la sobrecarga del cuidador como un concepto que hace referencia a los efectos negativos que el hecho de atender al paciente tiene sobre la salud del tutor.

"Entre el 40% y el 75% de los casos en Álava pueden presentar patologías psicológicas relacionadas con el estrés. Además, los daños experimentados en el cuidador que se encarga de acompañar al enfermo pueden repercutir en la capacidad de cuidar", asegura el médico. Precisamente para atajar estos males, existen una serie de talleres que enseñan las herramientas para la prevención o reducción de la sobrecarga del cuidador de estos discapacitados.

En este sentido, el coordinador del taller sobre intervención psicoeducativa para cuidadores de personas con síndrome demencial, Manuel Carrasco, agrega que "los programas de intervención psicosocial de carácter psicoeducativo están dirigidos a detectar, prevenir y reducir la sobrecarga del cuidador mediante el desarrollo de estrategias para el manejo del estrés, así como el aprendizaje de habilidades que les faciliten la tarea del cuidado y mejoren la calidad de vida del cuidador".

En España hay actualmente más de 600.000 enfermos de Alzheimer, siendo ésta la primera entre las enfermedades neurodegenerativas, así como la primera causa de demencia en la población anciana de este territorio historico. El perfil principal del cuidador de este tipo de enfermos suele ser una mujer (superando en 4 a 1 a los varones). Abundan en esas lides las hijas de los enfermas, que constituirían el 60% del contingentes de cuidadores. Otro 30% correspondería con los cónyuges de los pacientes. Además, se da la circunstancia de que en la mayoría de los casos la persona encargada del cuidado actúa en solitario. Es rara la familia en la que sus miembros realizan esta tarea equitativamente en equipo. Por otro lado, se estima que aproximadamente un 40% de los cuidadores de los enfermos no recibe ayuda de ninguna otra persona, ni siquiera de familiares cercanos. No obstante también es cierto que tienden a rechazar el apoyo exterior, a veces por presentar sentimientos de culpa u obligación moral.

Es así como también, el neuropsicólogo Alfredo Rodríguez afirma respecto al tema. "El 65% de los familiares que cuidan directamente al enfermo sufrirá cambios sustanciales en su vida y una importante merma de su salud física o psíquica. De hecho, un 20% llegan a desarrollar un cuadro conocido como Burnout o de síndrome del cuidador quemado.

'burnout' El síndrome del cuidador quemado fue descrito en Estados Unidos en 1974. Consiste en un profundo desgaste emocional y físico que experimenta la persona que convive y cuida a un enfermo crónico incurable tal como el paciente de Alzheimer. El cuidador más propenso a padecer esta patología es aquél que llega a dedicarle casi todo su tiempo, generalmente, haciendo la tarea en solitario.

El informe de Alfredo Rodríguez también resalta que los familiares cuidadores primarios de un enfermo de Alzheimer suelen presentar un cuadro de salud peor que los miembros de la familia no cuidadores. Por ello, corren el riesgo de sufrir mayor incidencia de problemas orgánicos y fisiológicos tales como, trastornos osteomusculares, patologías cardiovasculares, trastornos gastrointestinales, alteraciones del sistema inmunológico y problemas respiratorios. Asimismo, agrega que la edad media de los cuidadores afectados por esta enfermedad es alta. La mayoría sobrepasan los 50 años.