vitoria. El empleo de la marihuana cada vez tiene más adeptos. De hecho, existen varias asociaciones en Euskadi que propugnan el uso de la citada sustancia tanto para uso lúdico como en procesos relacionados con enfermedades como el cáncer, dadas las cualidades benéficas que aporta el principio activo del THC para el paciente. En el mismo sentido, son ya muchos ciudadanos los que apoyan los movimientos que reclaman la legalización de cannabis. Al respecto, la Asociación de Consumidores de Cannabis PUIS ha organizado para este fin de semana en Vitoria unas jornadas dedicadas a analizar las virtudes de esta sustancia. El primer día, jueves 28 de julio, se celebrará la apertura del campeonato de marihuana, un taller de pancartas que se lucirán el sábado por el centro de Gasteiz y una charla de cocina cannabica. Al día siguiente tendrá lugar la segunda vuelta del campeonato, una ponencia sobre el calendario lunar y tres conciertos a cargo de los combos D-Tox, Vuelko y Psicotropik. La jornada principal llegará el sábado, día en el que se celebrará la ronda final del torneo, un certamen de porroflexia, la conferencia Del cannabis a la cocina, las obligadas entregas de premios y otros tres conciertos, esta vez protagonizados por los grupos Paradoja, Juza Critical y Ladillas Kon Kresta. El acto central de todo el ciclo será la manifestación que tendrá lugar a las 20.30 horas del sábado en la plaza de la Virgen Blanca en defensa del consumo no perseguido de esta popular sustancia.

fármaco Aunque hay quien duda de su eficacia, está demostrado que la marihuana puede aliviar de forma asombrosa los síntomas de muchas enfermedades como el cáncer, el sida y otras patologías devastadoras. Con esta finalidad, sobrellevar mejor dolencias crónicas, la consumen muchos alaveses. Los enfermos crónicos, sin más salida que recurrir a camellos para obtenerla cuando no pueden conseguirla por otras vías, como las asociaciones, reclaman que los médicos del sistema público puedan recetarla, aunque sea bajo la fórmula de uso compasivo, un procedimiento restringido a casos excepcionales, pero cada vez más utilizado para el tratamiento de patologías sin un tratamiento alternativo eficaz. Hay muchos afectados por el síndrome de Cushing, por ejemplo, que encuentran más alivio en la marihuana que en las 14 píldoras que por prescripción médica deben tomar cada día. Su utilidad para frenar el dolor, la esclerosis múltiple, el control de las náuseas y la pérdida de apetito como efecto de la quimioterapia, radioterapia, así como el tratamiento con retrovirales para combatir el sida, no impide que siga siendo una sustancia perseguida por la ley, incluso cuando ha comenzado a investigarse su potencial terapéutico en enfermedades mentales y neurológicas como la esquizofrenia, el estrés postraumático y el Alzheimer. El Código Penal prohíbe la venta de cannabis, así como su posesión y consumo en lugares públicos, si bien la venta de semillas está permitida desde hace años. La ley no distingue entre uso terapéutico o lúdico, aunque sí los tribunales. Y existen sonados precedentes en los que afectados de graves enfermedades han sido absueltos de tráfico de estupefacientes pese a ser detenidos con una más que considerable cantidad de droga. Eso sí, con fines terapéuticos.