Isaba. Llevaban tres días desaparecidos y cada vez se hacía menos factible encontrarles con vida. El hilo de esperanza que se mantenía vivo se vino abajo hacia las 12.00 horas de ayer cuando el helicóptero de la Gendarmería francesa avistó en la parte española del collado del Anie (a unos 2.100 metros de altitud) los cuerpos de Jon Álvarez Suárez, natural de Santurtzi y de 40 años, y Naiara Larrinaga Velasco, de 37, ambos vecinos de Portugalete. Se encontraban abrazados, con la misma ropa, pantalón corto y camiseta, con la que comenzaron a ascender el pico, de 2.500 metros, el martes a las 10.00 horas. Todo hace indicar, ya que no presentaban indicios de haber sufrido un accidente, que ambos pudieran fallecer por una posible hipotermia debido a las condiciones meteorológicas que se les echaron encima en plena excursión por la montaña.
A partir de las 14.00 horas de ese pasado martes la niebla se incrustó en la cordillera y por la tarde se desató una tormenta de mil diablos, con aparato eléctrico, y la temperatura bajó varios grados de repente. Probablemente, estas circunstancias provocaron la desorientación de ambos montañeros, cuyos cuerpos fueron hallados muy cerca de la senda utilizada habitualmente para coronar el Anie. Estaban a casi tres horas del lugar donde dejaron el coche. Ambos habían practicado montaña y Naiara ya había ascendido alguna vez este pico.
Sin embargo, aunque portaban móvil, carecían de GPS y ropa de abrigo, cruciales seguramente para hallar una salida con la meteorología que se les echó encima.
En el rescate participaron unas 80 personas, tres perros de rastreo del grupo de salvamento del Gobierno de Navarra y cuatro helicópteros, uno de los cuales del Gobierno de Navarra en el que viajaban agentes de la Guardia Civil y otro del GREIM de Jaca recuperaron los cuerpos, los izaron en camilla y los trasladaron hasta el aparcamiento situado en el collado de Ernaz, donde también se organizó desde el miércoles el puesto de mando avanzado de la Agencia Navarra de Emergencias.
Allí, sobre las 16.15 horas fueron introducidos en un furgón que los ha llevado hasta el Instituto Navarro de Medicina Legal con el fin de que se les practicara la autopsia y posteriormente, cuando el juez lo determine, los cadáveres serán puestos bajo la custodia de sus familiares, que se desplazaron ayer a Pamplona. Una vez conocido el fatídico desenlace, se desmontó el amplísimo operativo de rescate. A este dispositivo se unieron ayer familiares y amigos de las víctimas llegados desde Bizkaia.