Amurrio. Zazpiak, bat! (Las siete, una). Desde el pasado martes, el citado lema, legendario a la hora de reclamar la unión de los siete territorios vascos (Hegoalde e Iparralde), pasa a conformar la imagen corporativa y unitaria que identificará a partir de ahora los productos de las bodegas englobadas en la Denominación de Origen Arabako Txakolina.

Desde el organismo que gestiona la calidad del txakoli alavés se llevaba un tiempo buscando un diseño unitario con el que revestir las botellas de sus siete bodegas a la hora de acudir a catas y ferias institucionales -como las que organiza anualmente el Gobierno Vasco, la Diputación alavesa o la Cámara de Comercio a nivel estatal o internacional-. La idea que barajaban los rectores de la Denominación era conformar una herramienta para que los asistentes a este tipo de eventos pudieran identificar con un golpe de vista claro y diáfano al oro líquido del agro ayalés sin perderse en la pléyade de etiquetas personales de cada uno de sus miembros.

Así, los caldos de las txakolinerías de Artomaña (Eukeni), Arzabro en Delika (Ametsa), Txomin Solaun (Mahatxuri) y El Refor (Xarmant) en Amurrio, así como los de Garate y Beldui en Llodio y el de Señorío de Astobiza en Okondo, aunque conservarán su marca personal, acudirán a estas importantes citas de promoción bajo una marca común.

Se trata de una imagen sencilla pero diferente, atractiva, clara y llamativa, a la par que cómoda y práctica a la hora de colocar en las botellas y embalajes. Destaca sobre fondo negro la esencia del producto (la palabra txakoli) con letras en mayúsculas y minúsculas. El diseño -que tiene tres formas diferentes para su aplicación en las botellas como en las cajas que sirven de envase- es obra de la joven y estudiante de primer año en la Escuela Superior de Arte y Diseño de Vitoria-Gazteiz, Itziar Pérez Abascal.

El proyecto ha sido fruto del convenio de colaboración que, entre esta escuela y Arabako Txakolina, se fraguó el año pasado cuando se propuso como trabajo a los alumnos diseñar la etiqueta y el empaquetado del txakoli. Los resultados fueron tan interesantes que las dos entidades decidieron colaborar durante este año para que el caldo con Denominación de Origen tuviera una etiqueta unitaria.

En concreto, los estudiantes han presentado un total de 20 trabajos que, el martes, fueron evaluados por un comité de expertos en diseño y arte. Estos, finalmente, seleccionaron el trabajo de Pérez Abascal para que representara a Arabako Txakolina a partir de ahora.

Estado del viñedo En cuanto al estado vegetativo de los viñedos cabe destacar que la primavera se ha portado muy bien. De hecho, el calor de los últimos meses ha hecho que el proceso de floración se encuentre muy adelantado, hasta el punto de que, en función de cómo se comporte la climatología, la vendimia del txakoli, que suele iniciarse en la primera quincena de octubre, podría adelantarse este año dos o tres semanas.

Además, las vides vienen muy cargadas y hacen presagiar un nuevo récord de producción. Con todo, es pronto para lanzar las campanas al vuelo, ya que hasta agosto no se comienza a medir los grados y habrá que esperar a ver cómo evoluciona el viñedo que es el que indica al txakolinero cuándo es el momento óptimo para ser vendimiado.

El mayor riesgo que corre la vid ahora es que la temperatura matinal descienda en exceso y congele el fruto o que se registren granizadas que den al traste con las uvas. Lo ideal sería que lloviese con poca intensidad para que el grano engordase, pero sobre el clima no gobierna nadie.

Lo que sí se puede afirmar es que, de seguir el nivel de maduración actual, Arabako Txakolina obtendrá la cosecha más alta de su historia. Un punto en el que no hay que olvidar que cada año que pasa están entrando en producción las nuevas plantaciones realizadas en el último lustro. La última vendimia superó en un 15% a la de 2009, lográndose un récord histórico de 443.000 kilogramos de uva que se convirtieron en 400.000 botellas de este caldo blanco. Se estima que en el próximo lustro la producción alcanzará las 700.000.