vitoria. Con la implantación del europeo Plan Bolonia, los universitarios deberán defender un Trabajo Fin de Grado (TFG) para poder obtener el título. Ya no bastará con haber aprobado los créditos de las asignaturas obligatorias. La prueba de fuego será la exposición oral del trabajo ante un tribunal de evaluación constituido al efecto, formado por tres miembros del profesorado adscritos a cada facultad. El 10 de marzo, el Consejo de Gobierno de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) aprobó la normativa sobre la elaboración y defensa del TFG, y salió publicada el 19 de abril en el Boletín Oficial del País Vasco.

El texto recoge el marco general del TFG aunque, por el momento, se desconocen las características concretas de la prueba de cada uno de los grados universitarios, ya que las juntas de centro de la mayoría de las facultades están inmersas en el proceso de adaptación del modelo a sus propias especifidades.

de 6 a 30 créditos Ni todos los TFG serán iguales, ni valdrán el mismo número de créditos (ECTS). La horquilla va de los seis -el equivalente a 150 horas de trabajo- a los 30 créditos. El ritmo de adaptación es bastante desigual, teniendo en cuenta que éste es el primer curso en el que los grados se han implantado en la Universidad del País Vasco y, por tanto, el alumnado de la institución no se deberá enfrentar al TFG hasta dentro de tres cursos lectivos. Sin embargo hay centros, como la Escuela Universitaria de Relaciones Laborales de la Universidad del País Vasco, que ya han hecho los deberes porque su Junta de Centro ha aprobado su propia normativa después de debatirla en la Comisión de Ordenación Académica.

En su caso, el TFG tendrá una carga lectiva de seis créditos. Para poder presentarse al Trabajo de Fin de Grado, el estudiante debe haber superado previamente todas las materias requeridas para finalizar el plan de estudios. El trabajo tendrá una extensión aproximada de entre 55.000 y 110.000 caracteres, y se trata de un trabajo individual y supervisado por uno o más directores de TFG, que integre y desarrolle los contenidos y las competencias adquiridas a lo largo del grado.

En el caso de la antigua Diplomatura de Trabajo Social, los TFG podrán ser trabajos de investigación empírica o teórica, o bien trabajos prácticos de carácter profesional. Una vez finalizado y presentado en plazo, el estudiante tendrá un máximo de veinte minutos, en sesión pública y ante un tribunal, para defender su TFG.

En caso de suspender, el alumno tendrá otra oportunidad. Hay dos convocatorias por cada curso académico. El tribunal valorará especialmente en esta reválida oral aspectos como la transmisión ordenada del mensaje, la veracidad de la información y datos facilitados, si la terminología es la apropiada o detalles como el tono de la voz, los gestos y si los movimientos corporales son adecuados al mensaje. Vamos, todo un examen de oratoria en público. Del mismo modo tomará en consideración -en una escala de 1 a 10- si el examinado responde adecuadamente a las preguntas que formule la comisión evaluadora.

la calidad investigadora La defensa oral contará un 30% de la nota del TFG y otro 30% corresponderá a la calidad de la investigación o trabajo realizado. Los miembros del tribunal serán los encargados de evaluar ese 60% del TFG en una deliberación secreta. El 40% restante lo dirimirá el director o directora del TFG, en base a la evaluación del proceso seguido por el universitario para elaborar el documento final.

A tenor de lo aprobado por la Junta de Centro de Trabajo Social, la labor del director del TFG resultará determinante. El Trabajo de Fin de Grado estará protegido por la Ley de Propiedad Intelectual. Por tanto, la titularidad de los derechos serán del alumno o alumna y no podrá cederlos hasta haber obtenido la calificación definitiva del TFG.