vitoria. El camino de los afectados por cualquiera de las enfermedades de sensibilización central es largo y tortuoso. No hay más que escuchar las historias de Juana, Begoña y Maite. Las reivindicaciones del colectivo conforman todavía una larga lista que Edurne Sanz, trabajadora social de Asafima, se encarga de repasar. "Fallan los cimientos", sintetiza la profesional. En primer lugar, la asociación reivindica la existencia de centros especializados de valoración y diagnóstico de estas patologías en Euskadi, porque ahora los enfermos se ven obligados a viajar a otras comunidades para cumplir este cometido. También, Asafima exige la creación de una unidad de referencia para su abordaje multidisciplinar, porque al contar con tantos síntomas asociados require de un equipo amplio, donde se incluyen nutricionistas, psicólogos o fisioterapeutas. También, solicita una formación específica sobre las enfermedades a los facultativos de primaria y especializada "porque ahora no la tienen", así como un protocolo para el síndrome de fatiga crónica, como el que ya tiene la fibromialgia.

Hace menos de dos semanas, la Comisión de Sanidad del Parlamento Vasco aprobó por unanimidad instar al equipo de Rafael Bengoa a que incluya en su estrategia de pacientes crónicos a estos afectados, que redoble la investigación e incluya las enfermedades de sensibilización central en las valoraciones laborales relacionadas con la invalidez, entre otras exigencias. "Poco a poco vemos los avances. Tenemos claro que lo que hace falta es investigación, investigación e investigación. Y que se haga visible. Algunos creen todavía que es la enfermedad del hombre vago y de la mujer premenstrual", lamenta Juana.