Vitoria. El desembarco hace exactamente cuatro años del equipo de gobierno liderado por Patxi Lazcoz, introdujo nuevos nombres en el organigrama de la Policía Local. José Manuel Bully fue designado concejal de Seguridad Ciudadana, el comisario Luis Cid pasó a ser subcomisario y fue sustituido por José Antonio Vicho y, ya más tarde, el director del Departamento, Pedro Anitua, ocupó un cargo en el Gobierno Vasco, por lo que fue reemplazado por Iñaki Inoriza. La llegada de Javier Maroto a la Alcaldía promete novedades en la estructura del cuerpo y los sindicatos de la Guardia Urbana confían en que las reformas sean profundas. Con Bully fuera del nuevo esquema municipal, mantienen intactas sus reclamaciones de cese para Vicho e Inoriza, a quienes consideran corresponsables, junto al exedil, del estado de "degradación" y "retraso" que padece el cuerpo. "Ha pasado su tiempo".
Según su criterio, deben apartarse y dejar paso a otras personas que sean capaces de devolver el prestigio perdido a la Policía Local de Vitoria", expone el representante del sindicato SIPLA en la Policía Local de Vitoria, José Luis Altolaguirre.
Cuando el próximo 11 de junio el nuevo equipo de gobierno de Vitoria llegue al Ayuntamiento y se haga efectivo el traspaso de poderes, se despejarán varias dudas. La primera, conocer la identidad del nuevo concejal de Seguridad Ciudadana, aunque todo parece indicar que la cartera recaerá en Marian Castellanos. Lo siguiente será saber los planes del primer edil para Aguirrelanda. "Sólo esperamos que el nuevo comisario tenga la plaza en propiedad, para que no se convierta en un nuevo personaje al servicio del político de turno. Para lo bueno y para lo malo, reclamamos un comisario con plaza propia", apunta el portavoz de ELA en el cuerpo, Roland Estébanez.
Si toca relevar al comisario jefe, se abrirán dos alternativas. Recurrir a alguien de la casa o echar mano de alguien de fuera. Los sindicatos, que demandan el cambio desde hace meses, prefieren que el sustituto salga de Aguirrelanda, una tendencia que hasta la fecha se ha impuesto siempre. "Contamos con gente preparada. No pondríamos ninguna pega a nadie de dentro", explica José Luis Vázquez, responsable de CCOO en la Policía Local. La única excepción sería una hipotética candidatura de Luis Cid, comisario durante los anteriores mandatos del popular Alfonso Alonso y subcomisario en la actualidad. "Su regreso sería un error que ni siquiera contemplamos. Él también fue responsable de la mala gestión que aún padecemos", asegura Vázquez.
Un nombre que empieza a sonar entre los sindicatos, buena parte de la plantilla y que puede ser del agrado del nuevo equipo de Maroto, es el de José Antonio Ferreiro. Subcomisario de Coordinación Operativa, dimitió de su cargo hace dos semanas por motivos de salud después de haber tratado de mediar entre la jefatura y los representantes laborales de la plantilla en el continuo conflicto que ambas partes mantienen. Según los enlaces sindicales, las "fuertes presiones" sufridas minaron su estado de salud, le condujeron a solicitar la baja laboral y a pedir un cambio de destino. Cuenta con las simpatías de los mandos intermedios y acredita fama de buen negociante, paciente y dotado de capacidad para escuchar opiniones ajenas. Además, fue portavoz de la Policía Local en labores de comunicación durante la época de Alfonso Alonso, lo cual le sitúa en buena sintonía con el nuevo alcalde.
El caso del director de Seguridad Ciudadana, Iñaki Inoriza, es diferente. Llegó a Vitoria a finales de marzo del año pasado desde Lakua, donde ocupaba el puesto de Jefe de Servicio de Planificación de la Dirección de Atención de Emergencias, y su alineación con el comisario jefe le granjeó la enemistad de los sindicatos, que le incluyen en su lista negra de dimisiones. ELA, CCOO, LAB y SIPLA acusan a Bully, a Vicho y a Inoriza de "no demostrar la profesionalidad que exigen sus cargos para atajar y combatir el gran aumento de la delincuencia en nuestra ciudad". Es probable que, como ya sucediera con anteriores gobiernos del PP, su puesto desaparezca. "La verdad es que ese cargo en concreto no es necesario. Ya hay demasiados jefes", valora Altolaguirre.