Vitoria. Para visitar de una tacada México, Colombia, Brasil, Marruecos, Italia o Australia no es necesario tomar un avión de grandes dimensiones y encadenar una escala tras otra. Desde el pasado jueves 26, basta con acercarse al parking de San Martín y sumergirse en el multicultural Festival de las Naciones, un evento que alcanza su quinto cumpleaños y ya se ha hecho un hueco destacado en el calendario de los gasteiztarras. Aunque volcado en esta ocasión en la gastronomía, esta fiesta supone mucho más que comer y beber para todos los que allí se acerquen. Juegos para los más pequeños, artesanía, música y espectáculos nocturnos conviven en un ambiente cosmopolita que perdurará hasta el 19 de junio en la capital alavesa. Ayer, desde bien temprano para ser domingo -las puertas del festival abren a diario a las 11.00 horas-, sus numerosos puestos, chiringuitos y jaimas se vieron atestados de visitantes deseosos de recorrer los cinco continentes mediante un agradable paseo.

El sol acompañó y las ventas lo agradecieron, tras un inicio de semana algo flojo. Sin duda, y todos coinciden en ello, la crisis todavía hace mella. "Hay gente, mira mucho, pero le cuesta comprar. Además, en la Catedral (primera ubicación del festival) estábamos mucho mejor, nada que ver", explica Florencia, Argentina de Córdoba, detrás del mostrador de Desde París, donde se funden artesanía y complementos de diseño.

Rodeado de gominolas, camisetas, postres de Europa e incluso un puesto donde, tras estampar la firma, un ordenador analiza la personalidad del interesado en 30 segundos, Enrique hierve un hermoso pulpo en una cazuela atrayendo las miradas de la multitud. Os pulpeiros, desde Lemos (Lugo), celebran el éxito de ventas que están teniendo, "por lo menos aquí". A juicio de Enrique, "la gente se anima más a la gastronomía que a la artesanía; ayer -por el sábado- cocinamos 14 pulpos", confiesa. Cerca, bajo una gran carpa, se alza la Plaza de Arte de Marruecos, donde el olor a cuero se funde con el incienso y la música tradicional árabe. Hakim, oriundo de Tetuán, es el responsable del establecimiento y todo un veterano del festival: "La semana ha empezado tranquila, espero que con el buen tiempo venga más gente; aquí todo está hecho a mano", recalca Hakim, señalando hacia la gran variedad de artículos que oferta, desde bolsos a teteras.

Enrique, desde la cantina mexicana, también reconoce que el flujo de visitantes ha ido "de menos a más" con el paso de los días. Tequila, nachos, burritos y cócteles abren el apetito a cualquiera. Sobre todo esto último, cuando más aprieta el sol. "¡Vamos a por un mojito!", exclama un joven. En la barra de The Cuban Rum, Luis celebra la "buena aceptación" de estas bebidas. "Con el calorcito, el mojito viene súper bien", corrobora con un genuino acento cubano. Mejor que en primera clase.