vitoria. Antes del desembarco de la Ley Antitabaco, la estampa característica de un bingo era la de una sala abarrotada de gente concentrada, armada de rotuladores, que emergía de una espesa niebla blanca procedente de los ceniceros, transformados en improvisadas chimeneas. Algo similar ocurría con los salones recreativos, donde la imagen más recurrente era la de los jugadores ensimismados, cigarrillo en mano, siguiendo el devenir de sus apuestas en las tragaperras. Con el advenimiento de la nueva normativa sanitaria, todos aquellos clichés han pasado a formar parte del pasado, aunque todavía queda un reducto en el que, además de ciertos establecimientos hosteleros durante los horarios de noche y madrugada, se fuma contraviniendo la ley. "En el caso de los hoteles -señala el Estudio de Observación del Cumplimiento de la Normativa sobre Tabaco publicado por Lakua- puede hablarse de un cierto nivel de incumplimiento".

Los responsables del informe, desarrollado por el Departamento vasco de Sanidad y Consumo, los incumplimientos se ciñen concretamente a las reservas de habitaciones para fumadores. Su número no puede exceder de un máximo del 30% del total de dependencias disponibles, aunque en ocasiones se sobrepasa el límite. El informe también pone de manifiesto que se cometen irregularidades en cuanto a la señalización de estas habitaciones. Los observadores del área de Consumo visitaron los establecimientos hoteleros de la CAV y, como si de clientes se tratara, preguntaron por la posibilidad de fumar en las habitaciones. En un 15% de los casos, los responsables de la recepción señalaron que no se podía consumir tabaco en las estancias comunes del inmueble.

En otro 78% de las ocasiones, el encargado indicó que se permitía fumar, "al menos en algunas de las habitaciones". De este grupo de establecimientos permisivos, en más de la mitad de los casos (52%) se comunicó que sólo se podía consumir tabaco en determinadas estancias, "aunque no se indicó en cuáles". En un 18% de los hoteles de este conjunto, se informó de que una o varias plantas del edificio estaban reservadas para ser ocupadas por personas fumadoras, no estando permitido el consumo de tabaco en las restantes.

En al menos cinco de los casos controlados por el Ejecutivo de Lakua, (el 7,8%), los responsables del establecimiento explicaron que no se permitía fumar en ninguna de las dependencias, si bien al mismo tiempo se indicó que "el personal podía hacer la vista gorda" respecto a lo que el cliente hiciera en la intimidad de su habitación.

Otro de los feudos en los que la nicotina se había hecho tradicionalmente fuerte, sobre todo en forma de puros, eran los frontones de Navarra y la CAV, pero también allí el panorama ha sufrido cambios drásticos. Según el documento difundido por el Gobierno Vasco, el cumplimiento de la normativa en estos recintos deportivos "es muy elevado", tanto en los partidos de pelota de profesionales como de aficionados.

"De los 17 encuentros de pelota presenciados, únicamente se ha detectado la presencia de algunas personas fumando en dos, lo que supone un nivel de cumplimiento del 89%", precisa el dossier. Un avance que, según la Sociedad de Prevención del Tabaquismo, ha reducido en dieciséis veces la concentración de humo que reinaba en los frontones.