vitoria. Treinta años de supuestos delitos que acaecieron desde 1958 hasta 1981. Éste es el período de las operaciones de una presunta red de compraventa de recién nacidos en Álava, como así consta en las 19 denuncias interpuestas en la Fiscalía alavesa en la tanda conjunta de la Asociación Nacional de Afectados por Adopciones Irregulares (Anadir). Unas fechas muy parecidas a la que figura en la primera reclamación que recogió al respecto la Fiscalía alavesa, con la formulada a título individual por Noemí Soria, debido a sus sospechas por la repentina muerte de su hermana en 1971.
Esto era lo que se pensaba hasta ayer, cuando Amadeli Díaz Carrasco, secretaria de la delegación vasca de este colectivo, sorprendió a los parlamentarios presentes en el cuarto orden del día de la Comisión de Interior del Parlamento vasco. Una comparecencia en la que aseguró que la supuesta trama empezó en 1936, cuando en teoría se empezó a sustraer a los hijos de las republicanas, y acabó hace poco más de una década. En concreto, la capital alavesa sería la ciudad de Euskadi que registraría el expediente más tardío en cuanto a una posible adopción irregular. "El último caso por niños robados que tenemos es el de 1997, que se sospecha que tuvo lugar en Vitoria", puntualizó Díaz Carrasco, quien aprovechó para aclarar que la presunta trama de bebés también pudo darse desde los 80, pese a que a partir de esa fecha está permitida la entrada de padres al paritorio. "A veces hay excepciones y no les dejan, como cuando se producen cesáreas", añadió esta secretaria, quien desmintió que la hipotética trama obedeciera a un tráfico de órganos o a una red de pederastia. "Al principio era por política y luego por fines puramente lucrativos".
Díaz Carrasco también aprovechó para recordar que la mayoría de las sospechas se centran en madres que desconfían del supuesto fallecimiento repentino de sus hijos a las pocas horas de nacer. "En la mayoría de los casos no saben que los hijos eran donados o comprados. Están registrados como biológicos y no saben cómo investigar". Las incongruencias que los supuestos afectados han encontrado en los diversos registros centraron buena parte de la comparecencia de Anadir. Una de ellas, según explicó esta mujer, se localizaría en el cementerio más importante de Gipuzkoa, el de Polloe, ubicado en Donostia. "Hemos descubierto que en un parte de enterramiento unos afectados han encontrado que en el papel pone que el bebé era una hembra, de nombre Consuelo, cuando era un varón, que se llamaba Carmelo".
Algo parecido le sucedió a Rafael Bergado, otra de las supuestas víctimas que ha llevado su expediente hasta la Fiscalía guipuzcoana y que ayer tuvo la oportunidad de dar a conocer su historia a la Cámara vasca. "Nuestra niña nació en la clínica San Antonio en 1974 y, al poco, los médicos nos dicen que se ha puesto mal. En el papel que me dieron pone que era un varón junto a otra serie de cosas que no tienen ni pies ni cabeza", contó este hombre que consiguió que todos los grupos del Ayuntamiento de Tolosa aprobaran la moción que el pasado 19 de abril presentó en busca de ayuda para investigar ésta y otras posibles adopciones irregulares que puedan darse.