Agurain. La Unidad Comarcal de Extinción de Incendios y Salvamento (UCEIS) de Agurain abrió ayer sus puertas a la ciudadanía para mostrar, de la mano de seis de sus bomberos, sus equipos y explicar su funcionamiento. Bajo un impoluto cielo azul, pequeños y grandes esperaron impacientes el inicio de un acto pensado para "darnos a conocer entre la gente de la comarca, para mostrarles lo que hacemos, de qué medios contamos y cuáles son nuestras funciones". "Básicamente, queremos acercarnos a la gente", explicaron los bomberos.
La moderna instalación, sus herramientas y vehículos, se convirtieron en un delicioso parque de aventuras para los pequeños de la comarca, que no dudaron en imitar a los mayores calándose hasta las cejas los cascos de color rojo intenso repartidos por los miembros del retén de Agurain. Mikel fue el encargado explicar los detalles de esta profesión de riesgo. Tras una cinta blanca y roja que delimitaba la zona de actuación, Rubén, Iñigo, Jorge, Jonathan y Andoni realizaron diversas demostraciones, como el rescate de heridos tras un accidente de coches con la estabilización del vehículo, la retirada de lunas o la utilización de artilugios como la cizalla para abrir la chapa, entre otros. Los pequeños no quitaron ojo a la explicación y no dudaron en aplaudir tras el trabajo realizado.
Tras la explicación, llegó el turno de tocar y probar la maquinaria. Armando fue el primero en tomar entre sus manos las poderosas herramientas de más de 25 kilos y en recibir información de primera mano.
Uno de los actos que más llamó la atención de los txikis fue el lanzamiento de espuma. En unos segundos, parte del parque quedó cubierta con el manto blanco y los pequeños se abalanzaron rápidamente sobre él para jugar. Mikel fue el encargado de introducirse en la cesta del camión y elevar la escalera hasta una altura apenas perceptible. "Si casi no se le ve, qué alto está", decía el pequeño Unai mientras tiraba de la chaqueta a su madre. Después, todos tuvieron la oportunidad de comprobar la sensación. Ismael y Ohian fueron los primeros en probarlo y por la expresión de su cara parecía gustarles. Desde arriba, -por razones de seguridad sólo les elevaban unos tres metros del suelo- saludaban. Tras ellos, decenas de niños compartieron cesta con Jonathan. Alex se emocionó tanto que a su bajada afirmaba que quería "ser bombero de mayor para subir a la grúa y apagar incendios". El interés por subir fue tan grande que hubo que guardar cola.
Mientras, a escasos metros, Andoni y su compañero enseñaban el manejo de la manguera. Los txikis tuvieron la oportunidad de regar a su anchas el parque situado en Harresi Parkea utilizando diferentes presiones de agua. Los que iban terminando, se acercaban al coche de mando, un todoterreno dotado de megafonía usado para coordinar los diferentes tipos de siniestros.
La Unidad Comarcal de Extinción de Incendio y Salvamento (UCEI) de Agurain se ubica en Harresi Parkea y en ella trabajan 12 bomberos. Da cobertura a más de 11.000 personas y a los 24.000 vehículos que circulan diariamente por la A-1. El centro cuenta con tres espacios divididos por pasillos en los que se ubican las cocheras, la zona de maniobras, las oficinas, el vestuario, el gimnasio, una sala de estar, la cocina y distintos almacenes. En la parte exterior del edificio se ha habilitado una helisuperficie donde, en caso de necesidad, podrá aterrizar y despegar un helicóptero de emergencias.
Un vaso de chocolate con bizcochos dejó un dulce recuerdo entre los visitantes que se acercaron hasta la UCEIS de Agurain para convertirse en bomberos por un día.