Vitoria. Los municipios alaveses afectados por el incremento de las facturas del gas no dan la batalla por perdida y siguen reclamando explicaciones. Los datos aportados por Repsol, la empresa distribuidora de gas, no aclaran a su juicio el motivo por el que se ha disparado el consumo de combustible durante un invierno menos gélido de lo habitual, por lo que la búsqueda de una justificación plausible se centra, nuevamente, en el Gobierno Vasco. Ayer, una representación municipal de los principales municipios perjudicados por el aumento de los consumos se presentó ante la sede del Ejecutivo autonómico en Vitoria para presentar, una por una, todas las reclamaciones de particulares recogidas hasta la fecha y tramitarlas a través del Registro. Su intención es que no se reproduzca la misma situación que el pasado febrero, momento en el que se recibieron las inquietantes facturas. Algo complicado, ya que a los contados municipios a los que han llegado los nuevos pagos, los consumos siguen estando fuera de control. Asustados por los últimos recibos, algunos ayuntamientos han sacrificado algunos grados de confort y bajado el regulador del termostato, lo cual ha redundado en un leve recorte del coste, pero aún así, el volumen de gas quemado en sus calderas sigue siendo muy superior al habitual.

Los portavoces de los ayuntamientos de Urkabustaiz, Kuartango, Labastida, Armiñón, Arrazua-Ubarrundia, Artziniega, Rivabellosa y Aramaio, acompañados por un representante de la Asociación de Concejos de Álava, Acoa, se dieron cita ayer por la mañana frente al Gobierno Vasco. Cada uno de ellos compareció con una gruesa carpeta que contenía las reclamaciones interpuestas por cada uno de sus vecinos. En total, cerca de un millar de quejas tramitadas por personas plenamente conscientes de que el propano se ha encarecido por encima del 20% este año, pero que no encuentran nada que explique por qué se ha disparado el consumo de gas en sus casas cuando no han tocado el termostato ni han padecido un invierno tan duro como para justificar el gasto de tantos metros cúbicos de combustible.

Las copias debían llegar al área de Consumo, pero se les impidió el acceso y los alcaldes las entregaron en el Registro de Lakua. El alcalde de Labastida, Ignacio Gil Orive, se mostró "molesto" por lo ocurrido. "Han pasado de nosotros olímpicamente y no lo entiendo, porque no creo que lo merezcamos. Ahora sólo nos queda esperar a que resuelvan", señaló.

La cantidad actual de quejas es muy superior a las 25 de las que hablaban inicialmente los responsables de Energía del Ejecutivo autonómico y han llevado tanto a los alcaldes como a la Diputación Foral de Álava a sospechar que algo extraño se esconde tras las "desorbitadas" facturas. Aunque el Gobierno Vasco ha dado por buenos todos los datos aportados por Repsol, ha asegurado que no existen irregularidades e insistido en que el aumento de la factura obedece a la subida de precios fijada por el Ministerio de Industria, al IVA superior y al consumo realizado por los clientes, los ediles de los cerca de 30 municipios afectados aseguraron ayer que no arrojan la toalla y que seguirán presionando hasta obtener una aclaración razonable.

sin avances Tras dos meses de reuniones, solicitudes e intercambio de informaciones, la situación, tal y como reconoció ayer el alcalde de Urkabustaiz, Jesús Ángel Herrero, se ha estancado. "Estamos en la misma situación que entonces. Se han presentado las reclamaciones, Repsol ha contestado que el año ha sido más frío que el anterior y que esta circunstancia, unida al incremento de los precios, da como resultado las facturas que hemos recibido. Esto no nos convence", resumió. "Por nuestra parte, hemos recopilado los datos que nos ha facilitado Euskalmet, hemos comprobado que este invierno ha sido mucho más liviano que el del año pasado", agrega.

La buena sintonía entre la Diputación alavesa y los alcaldes es evidente, no así la relación que les une al Ejecutivo autonómico, que a su entender se ha precipitado al ser tan comprensivo con Repsol. "Seguimos a la espera de que nos digan algo que nos satisfaga. Ahora vamos a presentar las reclamaciones de los vecinos y, en función de lo que nos diga Consumo, veremos a ver por dónde tiramos", señalaba ayer el primer edil de Urkabustaiz antes de entrar en la sede de Lakua. "No tenemos ninguna expectativa, sólo vamos a esperar", aseguraba.

A la hora de desgranar las quejas, los alcaldes hablaban de vecinos que se han encontrado con su factura habitual multiplicada por dos o por tres. "No hablamos de precios, hablamos del consumo, que es algo que aún no han explicado. Nadie nos dice por qué en un invierno menos frío que el de 2010 se ha consumido dos y tres veces más gas. Y las facturas que siguen llegando continuan en esta misma línea. A nosotros no nos han enviado aún ninguna nueva, pero las que estamos viendo en otros municipios son similares a las de enero y febrero. El problema parece que se mantiene", lamentaba Herrero.

La respuesta, como apuntan algunos afectados, podría estar en la presión. Ya que los análisis aseguran que la calidad del gas es buena, una razón que explicaría que se necesite más propano para calentar lo mismo es que haya llegado menos comprimido de lo normal, un problema que los contadores domésticos serían incapaces de detectar.