Vitoria. La virgen de Estíbaliz parece haberse librado del mal de ojo que le ha acompañado durante los últimos tres años en lo que a la climatología se refiere. Al menos en parte. Aunque el hombre del tiempo había anunciado tormentas para este día, los rayos de sol permitieron que quienes se acercaron hasta el santuario por la mañana disfrutaran de un hermoso día.
Poco importa, en cualquier caso, que llueva, truene o haga frío en este primer domingo de mayo. La basílica y sus alrededores disponen de un público fiel que no duda en acudir en masa para empaparse de la tradición. El día de Nuestra Señora de Estíbaliz pone fin a una semana repleta de actos festivos en el territorio. Si las campas de Armentia presentaron el jueves un aspecto de lleno total, no fue menos este enclave, que ayer permitió a los alaveses disfrutar de lo mejor de la gastronomía autóctona, las dantzas, el deporte rural y, cómo no, de buen vino y refrescante sidra.
Desde primera hora de la mañana cientos de coches tomaron la carretera de Estella para reunirse con la patrona. El calor animaba a salir a la calle y aprovechar el que para muchos era el último día de unas largas vacaciones. Tal fue la cantidad de visitas que recibió el templo, que pese al esfuerzo de los Miñones por tratar de habilitar plazas de aparcamiento en las inmediaciones, finalmente pasadas las doce del mediodía tuvieron que cerrar el acceso principal a Estíbaliz. Así, los conductores menos madrugadores fueron desviados a pueblos cercanos como Villafranca, por lo que no tuvieron más remedio que darse un paseo. Tampoco faltaron los valientes que se acercaron a pie desde la carretera secundaria que une Vitoria con Montaña Alavesa.
El día arrancó con el ya tradicional concurso de pintura rápida. Ajenos a las miradas y brocha en mano, los participantes trataban de inmortalizar, cada uno con su estilo, los bellos paisajes que rodean al santuario. Entre todos lograron convertir los alrededores de Estíbaliz en una improvisada galería al aire libre. Así, tras toda una jornada completa de trabajo, sus obras fueron expuestas por la tarde para el disfrute de los asistentes.
Los más devotos, por su parte, se apresuraban a primera hora para coger sitio en el interior del templo. La tradicional misa también pudo ser seguida por las personas con discapacidad auditiva, ya que se realizó en el lenguaje de los signos. Entre oración y oración, el olor de los fogones empezó a hacerse presente. Las sociedades gastronómicas comenzaba a calentar los pucheros de los que más adelante saldrían los platos participantes en el XIX Concurso Culinario. El único requisito, según informaban desde Boilur, era utilizar patata alavesa.
El certamen se convirtió finalmente en un auténtico homenaje a los productos de la tierra. Además del preciado tubérculo, los cocineros emplearon sal de Añana, aceite de Rioja Alavesa o perretxikos para elaborar estas pequeñas delicias para el paladar. Finalmente, fue la crema de patata con berberecho, una creación de Kapildui, la que más gustó al jurado. El segundo puesto fue para Xilikiturri, que el año pasado se llevó el primer premio, y que ayer sorprendió con una patata alavesa langostada.
Quienes verdaderamente dieron una lección de cocina a los allí presentes fueron el diputado general de Álava, Xabier Agirre, y parte de su equipo de Gobierno: la diputada de Cultura, Malentxo Arruabarrena; y la de Agricultura, Estefanía Beltrán de Heredia. Los tres compitieron por ver quién preparaba la mejor tortilla de patatas, olvidando por unas horas sus responsabilidades políticas. Dicen, los que tuvieron ocasión de probarlas, que la de Arruabarrena era la más rica.
Otro de los puntos de interés estaba en la exhibición de herri kirolak. Las campas acogieron ayer la actuación de las jóvenes promesas alavesas, que desencadenaron fuertes aplausos entre los asistentes a la romería. Los puestos de alimentación también estuvieron muy animados durante todo el día. Los pasteles vascos y rosquillas desaparecían con una velocidad de vértigo, mientras que los más tragones no perdieron la oportunidad de llevarse a la boca un buen talo con txorizo regado con sidra.
Ya por la tarde, aunque el tiempo empeoró y el cielo se tiñó de un gris oscuro amenazador, continuaron las actividades populares variadas, entre ellas los partidos de pelota, que estuvieron acompañados de animación musical.
Álava despidió así ayer casi cinco días de intensos festejos en honor a sus patrones, San Prudencio y Estíbaliz. Desde que el miércoles por la tarde sonaran los primeros toques de retreta desde la balconada del Palacio foral, la ciudad y todo el territorio en general se ha volcado en las celebraciones pese a que el largo acueducto vacacional se ha dejado notar en que ha habido menos gente en la calle.