Bilbao. El masivo apoyo vendimiado por la Korrika a su paso por la geografía vasca ha brillado especialmente esta edición, la decimoséptima, por la unidad de sus participantes que han dado una lección magistral de unidad y cohesión. Así lo destacaron ayer, durante el balance de la misma, los promotores de esta veterana iniciativa que es capaz de movilizar a un tercio del pueblo vasco en la defensa del euskera.
"Esta Korrika ha acertado de pleno en la cohesión. Pensamientos distintos han unido fuerzas en torno a la reivindicación de esta carrera. Cuando tomamos por válido lo que nos une, sale la fuerza que tenemos. Y si esto ha sido posible durante diez días es porque el euskera nos une. Somos muchos los que queremos vivir en euskera", desgranó Edurne Brouard, coordinadora de Korrika.
En este sentido, animó a la ciudadanía, a las instituciones y agentes sociales, a redoblar sus esfuerzos y seguir por esa senda, sin vuelta atrás, hacia la normalización. "El reto está ahí. El ánimo y las ganas demostradas durante estos diez días por los miles de euskalakaris deben mantenerse a diario. Hay que pasar de hacer cosas por el euskera a hacer cosas en euskera", manifestaba Brouard. Y es que, como describía la coordinadora de la Korrika "tenemos mucho por ganar. ¿Por qué no trasladar a otros ámbitos de la vida ese camino abierto?". Ella y Mertxe Mujika, responsable de la Coordinadora de Alfabetización y Euskaldunización (AEK), subrayaron que este año, tanto los portadores del testigo como los participantes han sido plurales. El lema elegido para la edición que finalizó el domingo en Donostia, Maitatu, ikasi, ari, "ha unido a personas de distinto pensamiento e ideología. El euskara nos ha unido".
Y es que, como insistió Brouard, la Korrika de este año significa que "hayamos dejado pequeñas partes de nuestra vida en pos de una cosa más amplia y que a todos nos une como es el euskera. Este Pueblo quiere que el euskera sea su lengua y que quiere vivir en euskera".