Vitoria. Constituyen uno de los eslabones más débiles de la sociedad y, precisamente por ello, aparecen como blanco propiciatorio de aquellos desalmados que ven a la tercera edad como una oportunidad para el desarrollo de negocios seguros basados en engaños y timos que expriman la realidad de los mayores, muchos de ellos, sumergidos en circunstancias de soledad o desamparo. La última alarma encendida en ese sentido procede de los servicios sociales del Ayuntamiento de Vitoria. Al parecer, los técnicos municipales han podido detectar la actuación de uno o más individuos que tratarían de engañar a ancianos a través de llamadas de teléfono haciéndose pasar por responsables del servicio de atención domiciliaria. Estos anunciarían a la víctima un cambio en el o la asistente que se encarga habitualmente de ejercer esa labor en su casa. ¿El objetivo? Sencillo. Con la comunicación se trataría de dejar el camino libre para acceder sin cortapisas a un domicilio y poder desvalijarlo con la tranquilidad de quien entra por la puerta con el beneplácito y sin el temor de su morador.
La alerta emitida ayer mismo especifica un modus operandi ya conocido. Al parecer, un individuo se encarga de hacer una serie de llamadas telefónicas falsas sobre la asistencia domiciliaria a personas mayores. Las comunicaciones informan de cambios en la persona que habitualmente acude al domicilio con la intención de que se le permita el acceso a la casa.
Por ello, y ante la evidencia del peligro, el Consistorio gasteiztarra ya ha alertado a la Policía Municipal para que investigue al respecto. Por su parte, desde el Departamento de Intervención Social se ha decidido informar a las personas que cuentan con asistencia domiciliaria para que confirmen con su trabajador social o con la empresa con la que tienen el servicio si es real el cambio que se les propone. Y en caso de que acuda alguna persona nueva, deberá estar debidamente acreditada. Con esas medidas, explican fuentes municipales, es fácil acotar la dimensión del presunto engaño.
Seguridad sospechosa Por otra parte, la Inspección de Trabajo ha vuelto a sancionar por impago de salarios a la empresa de seguridad Esabe, adjudicataria de los servicios de vigilancia de los centros de trabajo dependientes de la Diputación alavesa, de Osalan y de las sedes centrales de Osakidetza y Correos en Vitoria. En ese sentido, CCOO, que ha presentado ya otras siete denuncias contra la citada compañía, dio a conocer ayer esta sanción y solicitó al teniente de diputado general de Álava, Claudio Rodríguez, que se le retire la adjudicación del servicio a esta "empresa pirata" que incumple "de manera grave" la legislación desde hace un año. La central señaló que, además del impago de salarios, la sociedad abona con dos meses de retraso las horas extraordinarias que hacen sus trabajadores y lo hace mediante el pago en metálico, fuera de la nómina mensual y sin ser declaradas a la Seguridad Social y a la Hacienda Foral.
También asegura CCOO que incumple el convenio colectivo en materia de cursos de formación, ya que no se ponen a disposición de los trabajadores las 20 horas obligatorias de reciclaje que tienen que recibir todos los vigilantes de seguridad privada. La empresa carece además de una oficina provincial operativa en Vitoria, algo a lo que está obligada según CCOO, que ha denunciado también que ha logrado adjudicarse los servicios en Álava "sin cumplir los requisitos marcados en el concurso, ya que no posee una frecuencia homologada, con la correspondiente base de telecomunicaciones".