Laguardia. Pronto se sabrá más de los habitantes de la Álava prehistórica. Al menos, esa es la intención de los responsables de la tutela y recuperación de la cámara mortuoria de La Huesera, una construcción megalítica que se pretende convertir en lugar de peregrinación y de interés turístico. "Es probable que, a finales de mes, se reanuden los trabajos de recuperación del dolmen de La Huesera". Así lo anuncia el profesor Javier Fernández Eraso que, acompañado por el también profesor José Antonio Mujika Alustiza, del Departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología de la UPV/EHU han llevado a cabo los trabajos de rescate de ese enclave arqueológico de Laguardia gracias a la financiación foral, así como otros trabajos en los dólmenes de La Chabola de la Hechicera, en Elvillar, y Montecillo, en Villabuena de Álava.
Ambos acudieron esta semana a comprobar el estado del yacimiento de Laguardia, que tras meses de abandono forzoso por la climatología, volverán a acoger actividad en breve. Ahora, sucesivos montículos de piedras señalan el trabajo de excavación realizado en el entorno y que deberán volver al sitio de donde fueron extraídas.
Fernández Eraso señala que "vamos a excavar todo el corredor, que ahora ya sabemos donde está y dejaremos el túmulo al descubierto para que se vea todo esto". Asimiso, explicó que posteriormente se llevará a cabo un plan de recuperación paisajística y se colocará un panel informativo. Pero al ser un tema que no depende de ellos, los arqueólogos desconocen si se hará este año o el que viene.
El dolmen de La Huesera tiene la misma importancia que todos los de la zona "porque es una manifestación, un testimonio funerario, de una ocupación antigua" afirma Fernández Eraso, pero "para nosotros tiene una gran importancia porque a estas alturas hemos encontrado una parte que estaba intacta, con lo cual estamos pudiendo excavar con una metodología moderna. Para nosotros supuso una gran ilusión que se descubriera el Montecillo, pero aquello está saqueado, no había nada. Sin embargo con los esqueletos de La Huesera vamos a poder datar con mucho rigor científico".
Fuente de documentación El dolmen del Alto de la Huesera no es de los primeros que se han descubierto en Rioja Alavesa, pero se está convirtiendo en una fuente inagotable de documentación y, además, se puede llegar a convertir en un verdadero icono de la cultura megalítica, por su belleza y proceso de reconstrucción.
Fue Domingo Fernández Medrano, que era director del Museo Arqueológico, quien en 1948 lo encontró y quien realizó el primer trabajo de cata de la estructura megalítica. Tras retirar la losa que había caída en su interior descubrió restos de 48 personas. Lo volvió a tapar, ya que no encontró el corredor de acceso y pensaba que era el único en la zona sin esa estructura. Pasaron los años sin que se habilitasen partidas para poder realizar una excavación y, por fin, en 2010, gracias a un convenio entre el Departamento de Cultura de la Diputación alavesa y la Fundación Euskoiker, se pudo programar intervenciones en los dólmenes de El Montecillo (Villabuena), La Chabola de la Hechicera (Elvillar) y el Alto de la Huesera (Laguardia).
Estos trabajos están dirigidos por los citados profesores. Ambos, junto a su equipo, iniciaron la búsqueda de restos en el interior de la cámara. Tras superar los primeros 40 centímetros de excavación, sólo se encontró un arete, alguna cuenta de collar y algún trozo de cerámica. A continuación, y bajo una capa de piedras, comenzaron a aparecer restos humanos. Un total de 9 personas en conexión anatómica, es decir, completos, que se retiraron.