Vitoria/Valladolid. La Junta de Castilla y León y el Gobierno Vasco se han citado el próximo 21 de febrero en Valladolid para mantener una reunión sobre temas de interés común y cooperación en zonas limítrofes, aunque la Administración castellanoleonesa excluye de la agenda temas como Trebiño, la fiscalidad y el txakoli.
Así lo anunció ayer el consejero de la Presidencia y portavoz de la Junta de Castilla y León, José Antonio de Santiago-Juárez, que se refirió a la intervención que tuvo el miércoles en el Parlamento Vasco el secretario general de la Presidencia del Gobierno Vasco, Manu Salinero, quien sin embargo no excluyó Trebiño de los temas que puedan abordarse en este encuentro.
"Para nada se va a tratar Trebiño, es de Castilla y León y no hay nada que negociar", zanjó De Santiago-Juárez, quien recordó que así está plasmado en el Estatuto de Autonomía, cuyo contenido territorial fue "copiado del Estatuto de Gernika. Lo aprendimos de ellos", indicó sobre la protección de la integridad territorial de la comunidad autónoma.
De Santiago-Juárez negó que haya habido conversaciones discretas entre ambas partes sobre el futuro del Condado de Trebiño y apostó por que ambas partes excluyan de la negociación asuntos en los que tienen diferentes criterios de partida, como el futuro del enclave burgalés, la fiscalidad y la polémica sobre la producción de vino blanco en la provincia de Burgos, caldos que intentan aprovecharse del tirón del txakoli vasco para venderse en los mercados bajo la denominación chacolí.
Sobre este último asunto, el portavoz castellano afirmó que "la carpeta del chacolí no está abierta" porque "no es una prioridad", aunque agregó que apoyan a los productores del norte de Burgos.
En cualquier caso, insistió en que para avanzar en convenios que pueden mejorar la calidad de vida de las personas que viven en las zonas limítrofes del País Vasco y Castilla y León, lo mejor será que se aparten de la negociación las cuestiones en las que se conoce el desacuerdo.
Con estas palabras, el consejero castellano intentó zanjar el debate abierto por Salinero el pasado miércoles en la sede parlamentaria de la capital alavesa. Allí explicó que ve "difícil" desbloquear "a corto plazo" el contencioso de Trebiño.
A su salida de la reunión, el secretario general de Presidencia explicó que el Ejecutivo autonómico "mantiene abiertas las vías de comunicación", para ir dando pasos hacia la integración de Trebiño en Álava y para atender, entre tanto, las necesidades de sus habitantes, todo ello desde "el respeto al marco legal". Aseguró que el Ejecutivo vasco trabaja de manera "discreta" para tratar de limar asperezas. En ese sentido, recordó que los intentos de gobiernos anteriores por impulsar este órgano de trabajo, cuya constitución reclamó el Senado en el año 1995, "han acabado en bloqueo", y opinó que hay que dejar pasar el período electoral porque de convocarla ahora, tendría todas las posibilidades de que "se acabara reventando antes de empezar".