Los especialistas combrobaron que ciertos tipos de cáncer hacen circular sustancias químicas por el cuerpo humano. Según el estudio, este descubrimiento puede ayudar a desarrollar pruebas que permitan detectar anticipadamente el cáncer intestinal y evitar su propagación.
Hasta ahora se sabía que los perros olían entre otros el cáncer de piel, pecho y pulmón. El descubrimiento fue publicado por la revista médica británica "Gut".
Los científicos liderados por Hideto Sonoda sometieron a un labrador especialmente entrenado durante varios meses a un total de 74 "pruebas de olfato". En cada ejercicio fue sometido a cinco pruebas de aliento o deposición, de las cuales sólo una contenía pruebas de cáncer.
Las pruebas eran de 48 personas con cáncer intestinal y 258 voluntarios que no tenían cáncer intestinal ni sufrieron cáncer en el pasado. El perro acertó en más de un 90 por ciento de los casos. El perro tampoco se vio afectado si los pacientes fumaban o tenían otros problemas intestinales. El animal tuvo los mayores aciertos en pruebas de pacientes que se encontraban en un estadio temprano de cáncer.
Según los científicos, los exámenes de sangre de heces son un método eficiente para confirmar un cáncer intestinal, pero esta forma sólo permite diagnosticar uno de cada diez casos de cáncer en estadio temprano. La revista médica "The Lancet" fue la primera que informó en 1989 sobre un perro que olía el cáncer a la piel de su propietaria.