vitoria. La hipótesis de la muerte accidental de la anciana de Ibaiondo que trataba de evitar que su marido se disparara en el pecho con un rifle de caza no se sostiene. Al menos para la Ertzaintza, que da por zanjada esta vía de investigación y centra sus análisis en la teoría de la muerte pactada de forma conjunta. De acuerdo con esta idea, la más plausible a juicio de los agentes encargados del caso, el marido, deprimido por el avanzado estado de Alzheimer que presentaba su mujer e incapaz de soportar ver cómo su estado de salud degeneraba por momentos, convenció a su esposa para morir juntos. Aunque ella, dada la posición en la que se encontraron ambos cuerpos, parece que accedió voluntariamente a la propuesta del esposo, las autoridades continúan catalogando lo sucedido con la mujer como un homicidio, ya que sus facultades mentales se encontraban muy deterioradas y era incapaz de comprender el alcance de su decisión.

A la espera de que se hagan públicos los datos de las autopsias -el juez encargado del caso ha decretado por el momento secreto de sumario- todo indicada a que el marido forzó un armario cerrado con llave en el que su hijo, cazador, guardaba un rifle, lo cargó, colocó el cañón del arma contra su pecho, colocó a su mujer pegada a su espalda y disparó. La potencia del rifle hizo posible que la única bala empleada traspasara su tórax y matara a los dos ancianos al mismo tiempo.