Vitoria. Por fin. Tras meses de espera baldía y una inactividad preocupante desde que el PSE asumió la responsabilidad de ocupar y dirigir el Gobierno Vasco, ayer se reunió el nuevo Consejo Asesor del Euskera. Lo hizo en la vizcaína localidad de Leioa, en el marco del Palacio Artaza, desde donde este organismo pretende iniciar su marcha con el objetivo de "marcar el camino" de la política lingüística.

Así se pone punto y aparte a una odisea de 16 meses que vivió hitos significativos como el vivido el pasado 6 de junio, cuando el actual Ejecutivo propuso al Consejo afrontar una revisión del Plan General de Promoción del Uso del Euskera, una propuesta que los propios miembros del Consejo Asesor hicieron año y medio antes en otra reunión parecida.

El Consejo cuenta con 59 miembros, y entre todos tendrán que capear un temporal que arrecia desde hace demasiado tiempo. Tratándose de un tema tan sensible, parece incomprensible que el Consejo no haya avanzado nada desde que los socialistas llegaran a Lakua. Así, en el 2010 quedó sin aprobar la memoria del año 2009 (memoria que ni tan siquiera se elaboró, por tanto, imposible aprobarla), y otro tanto pasará con la de 2010, pues el pasado fue un año de sequía total para el Consejo Asesor del Euskera, que no avanzó ni un milímetro en sus objetivos. Se trata de faltas graves, incumplimientos de las obligaciones que marca el propio Decreto del Consejo Asesor.

Una de las consecuencias del parón es que el Plan de Promoción del Uso del Euskera, eje básico del Consejo, se encuentra totalmente estancado. Habrá que ver también en qué queda todo el esfuerzo realizado para desarrollar el ambicioso plan Euskara 21, donde se recogieron 6.500 propuestas y la página web que se creó para la ocasión recibió más de 42.000 visitas.

El Consejo Asesor del Euskera se renovó por última vez en 2007, con el Gobierno tripartito, y tocaba cambiarlo en 2010. Así que ayer la cita no careció de la solemnidad de las grandes ocasiones, ésas que requieren de la presencia del lehendakari. Éste presidió la sesión acompañado de la consejera de Cultura, Blanca Urgell; la viceconsejera de Política Lingüística, Lurdes Auzmendi; y el secretario del Pleno del Consejo Asesor del Euskera, Iván Igartua.

Los citados 59 componentes son la suma de las 40 figuras de prestigio, de 13 representantes institucionales del Ejecutivo autonómico, EITB, diputaciones, Eudel y Euskaltzaindia, de cinco personas elegidas por el Parlamento Vasco y, por último, del secretario del Pleno, que es el coordinador del Departamento de Cultura, el citado Iván Igartua.

La consejera de Cultura, Blanca Urgell, señaló que el objetivo del Departamento de Cultura es potenciar su utilización por parte de la ciudadanía que domine la lengua. En este sentido, dio su palabra de que el euskera "no supondrá una moneda de cambio para saldar las deudas de la crisis".

Una de las decisiones adoptadas en la reunión celebrada ayer fue la de designar al Consejo para que continúe diseñando el plan Euskara 21 que, para la viceconsejera de Política Lingüística, Lurdes Auzmendi, es "la columna vertebral de la política lingüística y el presupuesto del Gobierno Vasco. Algunos de los acuerdos recogidos son de carácter general, por lo que necesitaremos sugerencias y propuestas por parte del Consejo. Estamos ante un momento clave, es la hora de pasar de las palabras a los hechos", indicó.