Vitoria. La cárcel alavesa de Nanclares vuelve a estar en el punto de mira. La última muerte por causas no naturales ha acrecentado la preocupación entre los internos, que no descartan dirigir un escrito al Ararteko para denunciar la situación que se vive en el penal. Al parecer, el fallecido, un varón de 30 años y natural de Barakaldo, llevaba cuatro días solicitando su salida al hospital sin que su petición fuera atendida. El reo murió en Txagorritxu el pasado día 31 de diciembre, poco después de ser ingresado.
Según explican sus compañeros, el fallecido se encontraba mal de salud, por lo que pidió ser atendido en un centro hospitalario. Sin embargo, su petición no fue tenida en cuenta. Los testimonios de quienes le conocían han sido recogidos por Salhaketa, que asegura en su informe que la víctima fue trasladada a Txagorritxu cuatro días después ya en "estado muy grave", por lo que no se descarta que la tardanza pueda ser una de las causas de su fallecimiento.
El colectivo de apoyo a los presos, de hecho, ya ha remitido una queja formal al Ararteko para que tome cartas en el asunto, una petición a la que podrían sumarse durante los próximos días los propios presos de Nanclares, cansados ya del elevado número de muertes que se producen en la cárcel alavesa: un total de cuatro en el último año.
Además, Salhaketa denuncia que la Dirección del penal alavés ahora no informe cada vez que se da un caso de estas características, tal y como hacía antes, aunque con cierto retraso. "Ahora ya ni se notifican pasados unos días, sino que se ocultan y no se hacen públicas como parte de la estrategia de impunidad ante las muertes no naturales que están acabando con la vida de cientos de jóvenes en el seno de instituciones públicas con las que mantienen una relación de sujeción especial y cuyo derecho a la salud y a la vida depende única y exclusivamente de las mismas", explicó ayer el portavoz del colectivo de apoyo, César Manzanos.
Entre las principales reclamaciones de la organización Salhaketa está la excarcelación de los reclusos que se encuentren gravemente enfermos, en especial aquéllos en fase terminal, así como los que padecen enfermedades mentales, que pueden conducir al suicidio. Además, exige que se reduzca el número de reos para evitar masificaciones en las cárceles, ya que intuyen que puede ser uno de los motivos de que se produzcan tantas muertes.
Precisamente para denunciar el último fallecimiento ocurrido en el penal alavés de Nanclares, Salhaketa ha convocado una concentración mañana a las 12.00 horas frente a la Subdelegación del Gobierno español, en la calle Olaguibel.
instituciones penitenciarias Por su parte, Instituciones Penitenciarias aseguró ayer que el recluso fallecido en Txagorritxu el último día del año pasado había recibido previamente atención médica y se le había concedido el tercer grado y la libertad condicional anticipada por enfermedad grave e incurable. Fuentes de la citada institución rechazaron que "no fuera atendida la petición" de atención médica por parte del citado preso. En este sentido, explicaron que el varón llegó al penal en abril con diversas patologías y, en diciembre, se quejó de dolor de espalda.
El médico de la prisión solicitó una visita al especialista y, como ésta fue concedida para el 21 de diciembre, fue trasladado ese día a Txagorritxu, donde se le realizaron varias pruebas y detectaron que presentaba una enfermedad "muy grave además de las que ya tenía", por lo que quedó ingresado y ya no regresó a la cárcel. En ese momento se iniciaron los trámites y le fue concedido el tercer grado y la libertad condicional anticipada por enfermedad grave e incurable. El varón falleció finalmente en el Hospital de Txagorritxu el día 31 de diciembre.