vitoria. Desde la entrada en vigor el pasado 1 de diciembre de las nuevas ordenanzas que afectan a la hostelería, una quincena de bares ha solicitado el cambio de categoría para poder funcionar como pub y, por lo tanto, poder ampliar su horario de apertura. La demanda proviene principalmente de establecimientos ubicados en el centro de la ciudad, así como en el Casco Viejo.
El Ayuntamiento gasteiztarra empezará a inspeccionar ya mismo si los locales demandantes cumplen todos los requisitos que establece la nueva normativa, especialmente aquellos que tienen que ver con la insonorización. De ser así, tendrán permiso para cerrar entre semana a las 2.00 horas, y a las 3.00 horas los viernes y sábados.
Es una de las principales novedades que traen las dos ordenanzas aprobadas por el Consistorio, la de Ruido y Vibraciones, y la de Hostelería, que empezaron a aplicarse hace sólo un mes. La normativa eleva la exigencia acústica de cara a respetar el descanso de los vecinos, pero a cambio reduce las distancias mínimas que deben existir entre los locales de tercera categoría, es decir, los pubs, por lo que los bares preparados pueden solicitar el cambio de catalogación para así permanecer durante más tiempo abiertos por la noche.
El Departamento municipal de Medio Ambiente ha recibido en este corto periodo de tiempo una quincena de solicitudes por parte de empresarios que quieren transformar sus establecimientos en un local de copas. Son, principalmente, bares del centro de la ciudad así como del Casco Medieval, que están totalmente reformados para evitar que los decibelios traspasen sus paredes. Ahora, los inspectores del Ayuntamiento de Vitoria procederán a su comprobación.
La Asociación de Empresarios Hostelería de Álava estima que en los próximos meses serán muchos más los bares que pidan el cambio de categoría, una vez acometan los trabajos necesarios para lograr su completa insonorización. "Tampoco va a ser una explosión, no es necesario que se cree una alarma social", explicó ayer a este periódico su gerente, Andrés Mendoza.
Algo más difícil lo tendrán los más de 600 bares que se calcula que hay en Vitoria sin ningún tipo de aislamiento acústico y que deberán hacer una reforma integral para adaptarse a las ordenanzas. Sólo habrá dos alternativas. Por una parte, afrontar la remodelación, con un coste que se estima en 1.500 euros por metro cuadrado, para lo que se les concede un plazo de 12 años. Sin embargo, los que no quieran o no puedan reformar su local tendrán que aceptar una rebaja de categoría para pasar a funcionar como una degustación, lo que implica bajar las persiana a las 22.30 horas entre semana y a las 23.30 horas los viernes y vísperas de festivo.
En este sentido, desde la asociación de hostelería recuerdan que todavía "está pendiente" determinar sin los establecimientos de la capital alavesa van a poder beneficiarse de algún tipo de ayuda para llevar a cabo las necesarias reformas. "Se habló en su día de una serie de paquetes de ayudas pero las instituciones no se han pronunciado aún al respecto", añade el gerente de este colectivo.