vitoria. Tres medallas al primer intento. Xabier Aizpeolea, productor alavés de queso Idiazabal, se ha alzado con tres condecoraciones, dos de oro y una de bronce, en el prestigioso certamen World Cheese Awards celebrado en la ciudad británica de Birmingham, la competición de mayor renombre internacional dentro del sector. El logro de este joven artesano afincado en Etxabarri Ibiña, unido al de otras queserías vascas que han sumado un total de 41 reconocimientos en este mismo concurso, da fe del buen estado de salud del que goza el Idiazabal allende las fronteras de la CAV.

Pese a los reconocimientos, el indudable prestigio, los halagos y los premios que el Idiazabal ha comenzado a cosechar en las competiciones internacionales, sigue siendo el gran desconocido en el sector. "Le llaman el queso fantasma, porque todo el mundo ha oído hablar maravillas de él, pero fuera de aquí nadie lo ha probado", asegura Aizpeolea, enfrascado en estos días en un itinerario de ferias artesanas que le lleva a recorrer la geografía de Euskadi.

"Íbamos a ferias y nos encontrábamos con gente de queserías grandes que habían ganado premios, pero probábamos su queso y nos dábamos cuenta de que el nuestro era mejor. Los primeros años se nos olvidó presentarnos a concursos, estábamos a otras cosas con la campaña de Navidad y demás, pero este año nos acordamos a tiempo, hablamos con la Denominación de Origen, nos presentamos al World Cheese Awards y hemos ganado tres medallas", resume. De las cinco categorías a las que se podían presentar concursaron en cuatro, y de esas cuatro ha habido reconocimiento en tres. Oro en Idiazabal, oro en quesos de oveja de pasta prensada y bronce en el general de las denominaciones de origen.

año redondo 2010 ha representado una cifra tan redonda como un queso para Aizpeolea. "Este año ha sido el mejor de todos en producción, nos ha salido un queso muy equilibrado. Hemos encontrado muy pocas diferencias a la hora de elaborarlo, cosa que otros años no ha sucedido por los cambios bruscos de temperatura que acaban afectando al queso", apunta. Las vías para alcanzar dicho equilibrio no son desveladas porque, como justifica el productor, "cada maestrillo tiene su librillo", así que la fórmula del éxito se mantiene en secreto.

El Idiazabal le llegó a Aizpeolea por tradición familiar. El clan, oriundo de la localidad guipuzcoana de Zegama, siempre estuvo vinculado al pastoreo de ovejas e importó a Álava su saber hacer con los quesos cuando se afincó definitivamente en Etxabarri Ibiña. "En el Ayuntamiento de Zegama hay documentos que atestiguan que el bisabuelo de mi bisabuelo ya tenía ovejas", apunta ufano.

A pesar de haber visto a su familia "hacer queso toda la vida", ésta no fue su primera opción a la hora de plantearse su futuro. Estudió Medio Ambiente, "pero como de lo mío no encontré enseguida trabajo", se volcó con el Idiazabal. "A priori era algo que no me disgustaba, pero con el tiempo me ha llegado a apasionar", concede.

La llegada de estas tres medallas a la quesería alavesa ha supuesto "toda una inyección de moral". Tanto es así que Xabier sopesa ahora presentarse a otros certámenes, nacionales e internacionales, para consolidar aún más si cabe el renombre de su Idiazabal.