Vitoria. El sector agroganadero alavés busca fórmulas para salir a flote en un contexto de profunda crisis aún sin superar. Fundamentalmente, en lo que se refiere a las actividades ganaderas. Diversificación, puesta en valor de la calidad o profesionalización son conceptos teóricos de sobra conocidos entre los representantes del sector para lograr el salto que sus explotaciones necesitan, pero las dificultades que se encuentran para ponerlos en práctica no han dejado de estar a la orden del día. "Tenemos que hacer una reflexión, porque aunque tengamos precios dignos en algunos casos hay que adoptar medidas estructurales para garantizar la viabilidad de las explotaciones", remarca el vicepresidente del sindicato agrario UAGA, Joseba Aranzabal, en clara alusión a las instituciones. No en vano, la época de bonanza o simple estabilización que ahora, entre otros, atraviesan los cultivos de patata, cereal o remolacha, cuyos costes de producción por fin se han situado por debajo del precio de venta, no pasa a su juicio de coyuntural. Según Aranzabal, "la crisis no se ha acabado, porque en muchos casos estamos en la misma situación de encarecimiento de costes y gran dificultad para dar salida a los productos".
El ganado ovino, en concreto la producción de leche y queso, está atravesando a día de hoy "la peor crisis" en el conjunto del sector, a pesar del "sinsentido" que supone "prestigiar al Idiazabal como se está haciendo". Tres cuartos de lo mismo sucede con el vacuno de leche, con una reducción de más de 230 explotaciones en una década, o el equino, "cuya valoración económica es mejor no hacer porque la actividad finalizaría".
Ante el negro panorama que dibuja UAGA, la mejor solución a juicio de Aranzabal pasa por reformar el sector en profundidad con el objetivo de "impulsar la calidad de los productos como sistemas diferenciados", no tanto bajo el amparo de una "marca" como Eusko Label en la que "se han tomado criterios ajenos al sector". La forma de actuar de las instituciones a juicio de la central agraria no ha sido la más adecuada para remar en esta dirección. "Queremos que se dejen de tantas herramientas económicas para callar bocas y apuesten por defender a nuestro sector mediante medidas estratégicas para la comercialización directa o campañas divulgativas que pongan en valor la mutifuncionalidad de nuestras actividades", defiende Aranzabal. Se refiere a un reconocimiento social que logre dar una mejor salida a los productos no sólo por su extraordinaria calidad, sino porque el sector "dinamiza todo el complejo rural". Hasta ahora, a juicio de UAGA, nada de esto. "Por parte de las instituciones no hay atención al sector, que en muchos casos se ha quedado desnudo y desvalido", critica.
El Departamento foral de Agricultura, por su parte, apunta a la incorporaciones de las mujeres y los jóvenes al sector primario alavés para garantizar su futuro. Ellas, porque "cada vez se involucran y se acercan más a los nichos y yacimientos de empleo que existen en los campos de la transformación y la comercialización", incorporando un valor añadido. Ellos, porque "cuentan con estudios y formación" para llevar a cabo proyectos ambiciosos apostando por nuevos modelos de producción.