Vitoria. "Esta Ley no va a ser como la de 2005, porque ésta sí se va a cumplir". La advertencia es de Celina Pereda, directora de Drogodependencias del Gobierno Vasco, que deslía para este diario la Ley Antitabaco que regirá dentro de unos días y que dejará Euskadi libre de humo. Evidencia la dificultad de fumarse una norma que prohíbe encender un cigarro en todos los espacios cerrados públicos y en zonas al aire libre destinadas a menores de edad. Por eso la entrada en vigor será el 2 de enero, ya que eso "impide que se estrene con un incumplimiento masivo" por la fiesta de fin de año. "En Nochevieja que la gente fume donde quiera", puntualiza Pereda.
El Proyecto de Ley vasco aprobado en septiembre no puede entrar en vigor en enero porque todavía se tramita en el Parlamento Vasco. Sin embargo, sí será de aplicación la normativa estatal, de cumplimiento básico. "La Ley vasca, un poco más restrictiva, no tardará mucho. Cuando se reinicien los trabajos en el Parlamento será de las primeras cosas que se debatan porque los grupos políticos ya han hecho el trabajo más importante", explica Pereda. Entre los asuntos más polémicos de la legislación de factura autóctona -que no contempla la de Madrid- figura la prohibición de fumar en un vehículo privado cuando viajen menores y la imposibilidad de encender un cigarrillo en hoteles y pensiones.
El quid de la Ley estriba en concienciar y no en sancionar. "El primer día no vamos a sancionar a nadie, el primer día vamos a poner carteles que recordarán a los propietarios sus obligaciones, carteles con un teléfono para informarse, una web para protestar o una dirección para presentar reclamaciones. Donde veamos que hay quejas, que existe una actitud reiterada de incumplimiento, ahí incidiremos. Pero nuestro objetivo no es ir con el talonario de multas desde el primer día porque entendemos que lo primero es concienciar a la ciudadanía de los problemas de salud que ocasiona el tabaco", subraya Pereda, sin obviar que la cuantía de las multas oscila entre los 3.000 y los 60.000 euros.
"No" rotundo al cigarrillo
Bares, restaurantes, discotecas, colegios, parques o aeropuertos
En esta guerra sin concesiones contra el tabaco estará prohibido fumar en todos los espacios públicos cerrados. Se aclara que un sitio se considera abierto si no hay más que una pared y techo. Además el Senado ha dicho un no definitivo a la posibilidad de que haya peceras en los bares, votando en contra de los cambios que propuso el Partido Popular en la Comisión de Sanidad. Sí ha autorizado estos cubículos en casinos, bingos y salas de juego.
Hoteles, albergues y posadas podrán habilitar hasta un 30% de las habitaciones para fumadores ya que se considera que durante el tiempo en que están ocupadas son el domicilio del huésped. La novedad es que tendrán que ser siempre las mismas, para evitar que una persona no fumadora ocupe una habitación donde haya habido humo. Esta regulación, que pertenece a la Ley estatal, podría endurecerse en Euskadi ya que aquí se planteó inicialmente una prohibición completa aunque se han presentado enmiendas pidiendo que se pueda fumar en ese 30%.
La cruzada anticigarrillos provoca que todo el ámbito de centros sanitarios y educativos sean espacios sin humo. La nueva legislación precisa que no se podrá fumar en los centros docentes y formativos, independientemente de la edad del alumnado y del tipo de enseñanza que se imparta, incluidas las zonas anejas cerradas, semicerradas y al aire libre. Hay una excepción: los recintos abiertos en campus universitarios.
Pero fundamentalmente la Ley pone el acento en la protección de los menores. Por eso, en las zonas para niños de cualquier lugar, abierto o cerrado, queda totalmente prohibido fumar. "En este apartado, Euskadi podría mejorar el planteamiento estatal a propuesta del PNV que precisa más la restricción", puntualiza Pereda. Lo que no contempla la Ley estatal es prohibir el tabaco en los coches con menores, otra de las aportaciones realizadas desde Lakua.
Frontones y estadios también están en la lista negra. Solo si las instalaciones deportivas están al aire libre se podrá encender un pitillo. "Ya la primera Ley Antitabaco estipula que no se puede fumar. Pero no se ha cumplido. Desde la Dirección de Drogodependencias se van a enviar carteles a los ayuntamientos o propietarios de las instalaciones para recordar que hay que velar por su cumplimiento. Nadie va a sancionar el primer día pero a posteriori se va a actuar".
Aunque la prohibición de fumar en los aeropuertos lleva años vigente, todas las terminales habían habilitado zonas para fumadores. Con la nueva normativa, esos espacios desaparecerán. Por tanto, una persona fumadora debe hacerse a la idea que desde el momento que acceda a una terminal, no podrá volver a fumar hasta que llegue a su destino. Este nuevo revés al tabaco prohíbe su consumo en todos los medios de comunicación o la emisión de programas en los que los presentadores, colaboradores o invitados aparezcan fumando, mencionen o muestren, marcas, nombres o logotipos asociados a productos del tabaco.
Los únicos reductos del tabaco
Prisiones, centros psiquiátricos, residencias de ancianos o txokos
Prisiones, centros psiquiátricos o residencias de ancianos son algunos de los lugares excluidos de la prohibición por considerar que los internos tienen en ellos su hogar, por lo que podrá haber habitaciones, celdas y salas para fumadores, que deberán contar con ventilación independiente. Además, se podrá fumar en las zonas exteriores de los edificios.
Pero ¿qué pasa en los txokos? Finalmente sí se podrá fumar porque son contemplados como un club de uso privado. "Lo que va a suceder es que se producirá un debate interno. Porque fumar o no tiene que ver con la sensibilidad social y con que veamos los riesgos del tabaco y tengamos conciencia de que es un problema de convivencia y de respeto hacia los demás", subraya Pereda.
También los clubes de fumadores tienen el plácet. De hecho, ha habido un duro trabajo para definir qué es un club de fumadores y que no abunde la picaresca, impidiendo que los establecimientos cambien de denominación para permitir que se consuma tabaco. Se les exigirán unos estatutos y un censo de socios, pero, sobre todo, tendrán que ser lugares sin ánimo de lucro, no destinados a la venta de ningún producto y sin personal que los atienda. El hogar y la acera serán los auténticos reductos del tabaco.