madrid. Una encuesta de la Fundación Bertelsmann publicada ayer señala que el 38% considera la inmigración como negativa, el 72% la entiende como asunto de preocupación y el 67% piensa que el número de extranjeros es elevado.

Por el contrario, la encuesta de ámbito nacional, efectuada en octubre con 800 encuestas telefónicas a mayores de edad, apunta que el 89% está a favor de que las personas puedan vivir y trabajar en cualquier país, y el 54% piensa que la inmigración es positiva.

De acuerdo con el estudio, el 81% de la población defiende que los inmigrantes entren en España sólo con contrato laboral y el 31% está de acuerdo o muy de acuerdo con expulsarlos si se quedan en paro durante mucho tiempo, mientras que el 65% está en contra.

Cerca de la mitad de los encuestados (48%) piensa que los inmigrantes reciben del Estado más o mucho más de lo que aportan, frente al 27% que opina que hay un equilibrio.

Lo valorado por más entrevistados de la inmigración es la riqueza cultural (29%) y lo más negativo la inseguridad ciudadana (26%) y la falta de integración (20%).

También el 72% cree que es mejor para un país que convivan personas de distintas religiones, aunque el 68% manifiesta que los inmigrantes deberían mantener sólo aquellas costumbres y aspectos culturales que no molesten a los españoles. En esta línea, el 60% cree mejor que casi todo el mundo comparta costumbres y tradiciones.

Aunque el fenómeno migratorio merece la atención de los ciudadanos, son más los que se preocupan por el paro (99%), la situación económica (97%) y política (84%) o la inseguridad ciudadana (76%).

La mayoría de los encuestados (95% de ellos españoles de origen) están a favor de la convivencia e integración. El 83% no ve impedimento en que un hijo se case con un inmigrante; el 88% acepta que su jefe sea extranjero; y el 72% viviría en un barrio con muchos de ellos, pero sólo el 65% les alquilaría una vivienda. El 48% dice que los españoles tratan a los inmigrantes peor que a los ciudadanos del país.

El director del estudio, Fernando Vallespín, dijo que los más escépticos ante la inmigración son las personas mayores, el centro-derecha y las clases bajas porque "compiten" con los extranjeros por servicios sociales y trabajo.

A los españoles, agregó, no les agradan los "islotes culturales", sino que prefieren la integración intercultural. Interpretó los datos como signo, en general, de que la crisis no hace aumentar la xenofobia en España, pero admitió que existen opiniones "ocultas" contrarias a la inmigración, pues "no son presentables" desde una perspectiva moral.