El Obispado decretó la suspensión cautelar en todos sus cargos, así como del ejercicio del ministerio sacerdotal, al párroco de Vilafamés (Castellón) después de que la Guardia Civil encontrara en su iglesia más de 21.000 archivos de pornografía infantil y para evitar "el escándalo de los fieles". El párroco, que fue imputado por un delito de distribución de pornografía infantil, fue detenido el pasado miércoles y puesto en libertad provisional con la obligación de comparecer quincenalmente ante el juzgado.