lapuebla de labarca. Todas las bodegas de Lapuebla de Labarca aportaron sus mejores vinos para la celebración de la fiesta de Acción de Gracias, que se hace coincidir con la jornada en la que este municipio homenajea a una persona que se haya destacado por promocionar el pueblo o sus recursos, entre los que sobresale el vino de Rioja Alavesa. En esta ocasión, la villa quiso significar la vida de Teófilo Aguayo, párroco durante 12 años y autor de una serie de publicaciones que han ensalzado las bondades de la localidad.

La jornada festiva había comenzado a las doce del mediodía con la celebración de una misa mayor en la parroquia de Lapuebla, cantada por el coro de la localidad, mientras que en la plaza del Raso se instalaban unas mesas corridas para disfrutar del tradicional aperitivo con el que la Corporación municipal invita a los vecinos y visitantes.

Poco después llegaban a la plaza los feligreses y entre ellos, los diputados de Administración Local y de Agricultura, charlando animadamente con el alcalde, Daniel Espada, y con uno de los vecinos más populares: el que fuera durante años párroco de Lapuebla, Teófilo Aguayo, a quien este año se homenajeaba con el Racimo de Oro, que se otorga anualmente a alguna persona que ha sobresalido en su apoyo o promoción de la localidad o de sus recursos.

Ya en el escenario, y rodeado de autoridades, Aguayo recordó su llegada a Lapuebla de Labarca como párroco, procedente de la pequeña localidad de Orbiso, de donde fue trasladado por el obispo Peralta. El homenajeado recordó que el prelado le dio dos consejos antes de partir para su nuevo destino. Uno, que visitara a los bodegueros y que al estar con ellos hiciera como que bebía el vino, pero sin tragarlo. Aguayo rememoró que ante ese reto se compró dos libros de enología -que todavía conserva- para saber algo sobre el vino.

Sin embargo, fue llegar a Lapuebla de Labarca y escuchar de los propios bodegueros sus explicaciones y de los mayores sus historias, lo que le sirvió para amar el vino y disfrutarlo y, a través de él, descubrir una comunidad de "gentes abiertas, cercanas, con cierto orgullo pero sensibles, que sólo querían cariño y cercanía". El segundo consejo, según Teófilo Aguayo, le vino cuando vivía una difícil tarea pastoral en Legutiano, y el que fue médico de Lapuebla de Labarca le recetó ir una vez a la semana a la localidad ribereña del Ebro para sacarle de la presión en la que vivía. "Lo hice y Lapuebla me dio lo que ahora soy".

Finalizados los discursos, vecinos y visitantes pudieron degustar un impresionante aperitivo en la misma plaza del Raso, aprovechando la magnífica jornada de sol que ayer se pudo disfrutar. Teófilo Aguado además de sacerdote es historiador. Licenciado en Teología por el Seminario de Vitoria y Filosofía y Letras (Historia) por la Universidad de Zaragoza fue Profesor de enseñanza media y director del Instituto de Formación Profesional de Laguardia (Álava) y del Instituto Politécnico de la capital alavesa. Colaborador de la revista Sancho el Sabio. Es autor de El regadío tradicional en Rioja Alavesa: su contexto socioeconómico.