Demasiada sal no es buena para el organismo y, según se abordó esta semana en el Consejo Sectorial de Medio Ambiente de Vitoria, tampoco para el medio ambiente alavés. Ekologistak Martxan puso sobre la mesa este tema para intentar limitar el uso de sal a la hora de combatir el hielo, puesto que se corre el riego de que la sustancia acabe llegando a los ríos. El objetivo, por tanto, es que el cloruro sódico sea un recurso más, pero no una solución única. Las alternativas pasarían, así, por emplear otros sistemas o bien por concienciar a la población sobre el uso de palas, una de las claves del último Plan de Nevadas y uno de los puntos más criticados.

El portavoz de Ekologistak Martxan, Andrés Illana, considera que la ciudad ha entrado en los últimos años en "una dinámica absurda" de emplear más sal contra la nieve, tras dejar muy atrás las 400 toneladas habituales y casi quintuplicar esa cifra. En la última gran nevada que congeló las calles de la ciudad, entre el 7 y el 12 de enero, un informe municipal ya recogió que se habían empleado 700 toneladas de sal y 200 de salmuera. Ese balance, sin embargo, también recogía que se había empleado más sal de la que se empleaba habitualmente -se utilizaron recursos llegados desde la Diputación, Zaragoza, Miranda, firmas privadas...- pero que, al tratarse entonces de una nevada en tormentas, se gastó mucha y "con poco rendimiento".

Antes de que se repita esta escena, y los nervios que tienden a acompañar a una ciudad cubierta por la nieve, el Consejo de Medio Ambiente se preguntó ayer si es necesario racionalizar el uso de la sal. Los ecologistas consideran que sí, porque ese material al final llega al agua y, de ahí, a Crispijana y al Zadorra, con el peligro que eso conlleva para el medio ambiente.

El objetivo del consejo, por tanto, es concienciar a la población de que el uso de la sal no debe convertirse en un abuso. Y, para ello, se espera que haya mensajes de advertencia desde el propio Ayuntamiento, el CEA, Ekologistak Martxan o el sindicato agrario UAGA. Desde el Consistorio, de hecho, ya se ha trasladado esta necesidad de ahorro -que no tiene que ver con la situación de crisis económica- a diferentes consejos territoriales y, por el momento, la reacción de los vecinos es positiva pese a tratarse de un tema sensible. Casi resbaladizo.

se estudiarán alternativas El Ayuntamiento, además, se plantea estudiar otras alternativas que no reduzcan la eficacia en la lucha contra el hielo. De esta forma, aumentaría el uso de la salmuera y, en diferentes zonas de la capital alavesa, se emplearán otras sustancias para comprobar su efectividad. El problema de otras opciones como la gravilla es que el deshielo es rápido en la ciudad, por lo que esa sustancia acabaría pronto en las alcantarillas. Así, una de las claves está en la necesidad de que cada comercio y portal emplee una pala para limpiar su parcela de calle.

La necesidad de emplear más palas ya fue uno de los debates abiertos el pasado mes de enero, cuando la mala gestión de la nevada provocó una crítica unánime de la oposición en el Ayuntamiento de Vitoria. La reacción del equipo de gobierno fue pedir disculpas a la población, tras admitir que la situación le había superado, y mejorar el Plan de Nevadas. Entre sus medidas precisamente se incluye el reparto de cientos de palas, algo que genera dudas entre comerciantes y vecinos. Illana considera, no obstante, que todo pasa por una campaña informativa, que explique a los gasteiztarras por qué no debe aumentar el uso de sal, cuáles son los riesgos y cuál es la responsabilidad de cada ciudadano en la limpieza de su parcela de ciudad. El siguiente paso será llegar a la Diputación para plantearle si la sal que emplea es también la adecuada o se trata de un plato que el territorio no puede tragar.